La lavanda es una de las planta más particulares de nuestra flora. Originaria de los países mediterráneos, crece en terrenos áridos en forma de bonitas matas. Florece en verano formando inflorescencias terminales de color azul-grisáceo. Sus flores son muy perfumadas y con aroma variable según la especie.

Su aceite esencial es el componente más importante de las flores de lavanda, se obtienen por destilación con arrastre de vapor, es de color amarillo-verdoso y en su composición encontramos alcoholes y carburos terpénicos, cineol, gran cantidad de taninos y ácidos fenólicos.

El aceite esencial natural de lavanda es uno de los flósculos de la moderna aromaterapia. Su inocuidad y su excelente tolerancia, combinadas con su eficacia han contribuido a darle un papel primordial en la aromaterapia moderna. Su amplio espectro de aplicación lo sitúa como una panacea universal.

El aceite esencial de lavanda es utilizado tradicionalmente por vía externa en casos de calambres y contracturas musculares, acnés, eccemas, quemaduras y muy especialmente en alteraciones del sistema nervioso.

Algunos ejemplos:

  • Dos gotas de aceite de lavanda en el cuello del pijama o en la almohada favorecerán un sueño rápido y reparador.
  • Después de una jornada muy estresada, añadir a un paño húmedo 5 gotas de aceite de lavanda y aplicarlo en la nuca, notaremos enseguida una sensación de alivio y relax.
  • Aplicando unas gotas directamente sobre la piel hará que el afeitado con cuchilla o la depilación sean mucho más suaves.
  • Aplicándolo directamente en caso de quemaduras evitaremos infecciones y conseguiremos una mejor regeneración del tejido afectado.
  • Añadiendo unas gotas en la bañera gozaremos de un baño relajante y recuperador.
  • Añadiendo unas gotas de este generoso aceite esencial en un popurrí de flores colocado en la mesita de noche hará que respiremos mejor por la nariz evitando posiblemente los molestos ronquidos.
  • Simplemente oliéndolo a distancia nos relajaremos y desaparecerán las crisis de ansiedad.
  • Ambientando una estancia o un lugar de trabajo con aceite esencial de lavanda lograremos crear un clima más tranquilo y relajado.

Se desaconseja el uso del aceite esencial de lavanda por vía interna, en embarazadas, madres lactantes y niños menores de seis años. En personas que padecen epilepsia, párkinson u otras enfermedades neurológicas sólo debe utilizarse bajo el estricto control de un aromaterapeuta.

En personas con antecedentes alérgicos se aconseja efectuar siempre una prueba de tolerancia: echar una gota de aceite esencial en una zona sensible y bien vascularizada, esperar 15 minutos y si no aparece reacción tenemos la certeza de que no somos alérgicos a este aceite esencial.

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