Estoy pasando unos cuantos días de reposo en una adorable casa en Mallorca, desde finales del año pasado había tomado esta decisión obedeciend oal llamado de mi cuerpo de tomar un descanso fuera de la rutina diaria.

A las dos semanas de haber fijado la fecha y comprado el billete y a una semana de la salida hacia la isla, me tomó por sorpresa la llegada de un Herpes Zoster la fulana “culebrilla” que es como mejor se le conoce y como mejor se comprende tan extraño y doloroso mal.

Para mayor sorpresa y a los cuatro días con la culebrilla emponzoñada contra mi, el brazo derecho se me paraliza completamente con unos dolores aun más fuertes que los de la “culebrilla”.

En principio me pareció que a la orden de descanso dada por mi mente, el cuerpo decidió él también tomarse un descanso y soltar lo que claramente venía reprimiendo, sin embrago poco a poco fui cambiando esta primera mirada.

Mientras estuve tomada literalmente por el inmenso dolor que ambos síntomas generaban, no tuve más tiempo que padecer, llorar y buscar alivio como fuera. Una vez calmada recordé la frase de Jung que dice ”los dioses han acabado convirtiéndose en enfermedades” y heme aquí en Mallorca intentando descifrar el mensaje que a gritos está expresando mi cuerpo.

Cuando consideramos al ser humano como un todo y no en divisiones de cuerpo por un lado, mente por otra y espíritu por otro ….claro esto último solo para aquellos que “creen” en espíritus jajaja, los síntomas corporales son mensajes muy claros de nuestro estado vital.

De hecho en el período de la menopausia y de allí en adelante, el cuerpo comienza a expresar un sin fin de mensajes: insomnio, alergias, dolor de espalda, de rodillas, dependencia a psicofármacos, cambios de humor, irritabilidad, dolor de espalda, pérdida de memoria y ….¡vamos a parar de contar!

Cada uno de estos síntomas provienen de nuestra sombra manifestándose de esta manera. ¿Qué quiere decir esto? Significa que son parte de aquello que aun está por ser mirado y no lo hemos hecho, son cosas por asumir, otras por soltar, otras por aceptar, cambiar, hablar y así sucesivamente.

El cuerpo nunca miente dice la psicoanalista Alice Miller, un libro que recomiendo ampliamente…¡y es así! al final parece que las que nos mentimos somos nosotras pero el cuerpo ya cansado de mentiras….¡se rebela!

Adelante mis amigas lectoras, a hacer un poquito de reflexión, de introspección para saber qué nos pide el cuerpo y paso siguiente poneos a: colocar los puntos sobre las ies, las cartas en el asunto o tomad la sartén por el mango o la paella por los cuernos o tirad la casa por la ventana, no sé… lo que tengáis que hacer pero lo que sí es claro es que esta revolución hormonal sumada a los añitos que el cuerpo lleva aguantando pide tomar alguna posición que respete más nuestros sueños, anhelos, deseos hasta ahora desplazados por tantas otras prioridades.

Yo mientras tanto aquí en la “Illa de la Calma” descifrando los códigos oscuros de mi alma…..para tener más claro el camino por venir.

HORTENSIA CARRERHortensia Carrer Psicoterapeuta y analista jungiana.

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