Un rasgo de nuestra imagen al que muchas personas no dan importancia…

 

Pero mirar lo que me pasó el otro día:

Fui a una presentación, un acto organizado por una asociación…en el que además de presentar un proyecto, se daba las gracias a los patrocinadores…etc.

En la tarima, un micrófono alto y al lado, varias personas sentadas. Se levanta una de ellas y empieza a presentar a las demás, al principio de cara al micrófono, de repente cada vez que nombraba a la persona sentada al lado, dirigía la mirada hacia ella, con lo que al girar la cabeza, su voz se perdía, ya que no estaba delante del micro, al final no oímos el nombre de nadie…murmullos entre el público… ¿qué ha dicho? ¿Qué es quién?…   

Siguiente presentación, explicación del proyecto por una de las personas sentadas, no habíamos oído su nombre ni a qué se dedicaba… no sabíamos quién era, pero intentábamos escuchar…la voz era tan baja que apenas se oía, las frases iban bajando de intensidad a medida que iba hablando…bueno… leyendo monótonamente, a los 2 minutos, barullo… ¿qué ha dicho? ¿De qué va? No oigo nada…Resultado, no nos esteramos del tema… y al final ya estábamos decididas a no saber ni qué hacíamos allí, cuando se levanta la tercera ponente,  sin saber tampoco quién era…pero se pone delante del micro con voz segura, potente y sin leer, al momento todos los distraídos, ajenos al tema y demás, nos quedamos callados escuchando su pequeño discurso…, con naturalidad, con ritmo, y con precisión, los comentarios fueron, como se nota que es una  profesional, y al final nos esteramos al menos, a quien iban los agradecimientos.

Esto es un ejemplo del valor y la importancia que tiene nuestra voz en el conjunto de la imagen.

Pensar que una voz triste, apagada, débil, monótona, lenta…etc. Sin querer haremos que corresponda a alguien, con las mismas características… una voz segura, fuerte, autoritaria, dulce…etc. Cualquier expresión de la voz, hace que se nos vea así.

No está de más saber que voz tenemos, que trasmitimos con ella y poder modificarla o mejorarla si hace falta. Hay muy buenos profesionales que nos pueden ayudar.

Y sobre todo practicar la voz de la sonrisa, esa voz que nos sale cuando estamos sonriendo, contentas…esa voz es la que deberíamos usar más…y que todos notamos y conocemos…con esa voz, podemos obrar “milagros”, tranquilizar, seducir, convencer, etc.

¡Os deseo la mejor de las fiestas, utilizando la mejor de vuestras voces ¡