En este artículo nos indica que la quimioterapia tiene otros otros efectos secundarios más allá de la perdida del cabello y las molestias gástricas: la niebla quimica.

Fuente: http://www.efesalud.com/noticias/la-niebla-quimica-sufren-las-mujeres-cancer-mama/

Esta es la principal conclusión del trabajo “Estudio neuropsicológico y bioquímico del deterioro cognitivo en las pacientes con cáncer de mama tratadas con quimioterapia. La niebla química” de la especialista en psicooncología María José Delclaux Zulueta, jefa del Servicio de Medicina Complementaria del Hospital Universitario Quirónsalud Madrid.

Este estudio, premiado con un accesit en la XXIII Edición del Premio de Psicología Rafael Burgaleta del Colegio de Psicólogos de Madrid, comparó dos grupos de trece mujeres cada uno con cáncer de mama hormonodependiente que conlleva una menopausia inducida con fármacos para evitar que sean las propias hormonas femeninas las que alimenten el tumor.

La diferencia entre los dos grupos es que las mujeres del grupo experimental tenían un cáncer hormonodependiente infiltrante que se trató con quimioterapia, mientras que las del grupo control tenían un cáncer hormonodependiente tipo inductal que no requirió quimioterapia.

Las mujeres de esta investigación se sometieron a estudios neuropsicológicos mediante test y también a estudios bioquímicos para medir la presencia de radicales libres antes y después de la quimioterapia, explica la autora del trabajo.

Los resultados arrojaron que, tanto las mujeres tratadas con quimioterapia como las que no, presentaban “una disminución estadísticamente significativa” de la memoria a corto plazo tanto fruto de la menopausia provocada por fármacos, como de la quimioterapia, apunta la doctora Delclaux.

“He estudiado a hombres tratados con quimioterapia y también se observa una pérdida transitoria de memoria”, matiza.

El estrés del diagnóstico

El doctor Gerrit Jan Bosma habla con una mujer en el Centro Médico Aragón en Barcelona. Efesalud.com
EFE/Toni Albir
Pero solo el grupo tratado con quimioterapia sufrió, también, una clara disminución del habla expresiva (entendida como la rápidez para encontrar la palabra adecuada al hablar) y la velocidad de procesamiento. Unos efectos transitorios.

“Las mujeres que no han recibido quimio, no solo no van a ver afectada el habla expresiva y la velocidad de procesamiento, sino que experimentan una importantísima mejora debido al estrés del diagnóstico”, señala la psicooncóloga.

Y esto se debe a que una mujer que al ser diagnosticada con cáncer de mama afronta mejor la enfermedad al conocer que no será necesario un tratamiento con quimioterapia que aquella que sí lo necesita.

También podría asociarse el estrés del diagnóstico con el daño oxidativo al encontrar algún marcador (el denominado MDA) elevado en el momento del diagnóstico. Podría ser la razón por la que en los estudios bioquímicos aparecen niveles más altos de MDA en aquellas pacientes informadas de que serán tratadas con quimioterapia.

Tras el tratamiento, “no se puede establecer un vínculo directo entre la quimioterapia y el daño oxidativo, medido a través del marcador MDA. Éste se manifiesta en menor cantidad en plasma una vez finalizado el tratamiento. Probablemente necesitamos el análisis de un mayor número de marcadores para poder establecer una generalización mayor”, señala el estudio en sus conclusiones.

Otras habilidades cognitivas como la orientación espacial, la capacidad de razonamiento y la lógica no se ven afectadas en ninguno de los grupos estudiados, mientras que la capacidad psicomotriz mejora en todas las pacientes postratamiento, pero especialmente en las que no recibieron quimioterapia.

¿Pacientes quejicosas?

La niebla que causa la química en las pacientes con cáncer les hace sentir que no procesan bien, que su cabeza no funciona como antes.

“Cuando el oncólogo y el neurólogo derivan a estas pacientes a psicooncología porque no saben qué les pasa, nos envían a una paciente quejicosa. Pero a mí me cuentan cosas que a ellos no les cuentan: el sufrimiento que les causa ver que ahora no se enteran de las cosas, el ama de casa que después de veinte años de hacer paella todos los domingos, se encuentra con que no se acuerda del orden de los ingredientes o la persona que lee y no se entera”, comenta Delclaux.

“Explicarles -asegura- que se trata de un síntoma cognitivo de la quimio, que afecta al cien por cien de los pacientes, les tranquiliza. Tuve una paciente, una física premio extraordinario de fin de carrera, a la que echaron de unos laboratorios farmacéuticos. Para ella supuso un alivio saber que sólo era un efecto secundario”.