Nos quejamos de la memoria, pero seamos honestos: ¿cuánto tiempo hace que no la ponemos a trabajar? La respuesta puede ser «meses» o, quizás, «años». Así, no es de extrañar que esté algo oxidada. Con un poco de entrenamiento volverá a dar lo mejor de sí misma.
La mente se queda en blanco (¡o en negro!), se tiene la sensación de vértigo… Nadie, ni siquiera los actores más consagrados, está libre de un bloqueo de memoria. «Lo que hay que hacer -explica una profesora de arte dramático- es tomarse el incidente de forma positiva: ¿qué me ocurre?, ¿por qué ahora precisamente? En lugar de luchar contra el bloqueo, hay que dejarse llevar… El texto siempre vuelve a la cabeza. Generalmente, la memoria se bloquea en medio de una frase, y estas pausas tienen la ventaja, por otra parte, de que consiguen volver a captar la atención del público. Es el caso de un famosísimo actor de teatro que con frecuencia sufría bloqueos y necesitaba la ayuda de los apuntadores. Pero él se tomaba su tiempo y jugaba con los silencios con tal maestría que los espectadores los consideraban una prueba más de su extraordinario talento para la interpretación».

Un ejemplo para tener en cuenta cuando tenemos que pronunciar algunas palabras en público, en la boda de una hija por citar una posible situación, y sentimos miedo de que los nervios nos traicionen. Entonces, no hay que dudar en recurrir a todos los medios a nuestro alcance: dedicar tiempo a preparar la intervención, dormir bien la noche anterior, evitar el alcohol, respirar profundamente… ¡y recordar que hasta los grandes actores pasan por situaciones apuradas!

Fuente: Plusesmas