Y yo me sigo viendo gorda

Cuando llega esta época del año y el sol nos recuerda que el verano está a la vuelta de la esquina, empezamos a preocuparnos por qué nos dirá el espejo (y de paso todo el vecindario) cuando empecemos a lucir nuestro cuerpo con menos ropa.

Durante el invierno parece que la ropa lo tapa todo, pero ahora empieza la mal llamada y temida “operación bikini”, que yo llamaría mejor “operación yo-yo”. Sobre todo si ya hemos cumplido cierta edad y nuestro cuerpo se empeña en acumular reservas durante el invierno, como si el fin del mundo estuviera cerca.

A raíz de esto, he indagado y reflexionado sobre la nueva tendencia a presentarnos modelos de tallas grandes en los desfiles y editoriales de moda, como si con eso quisieran decirnos: no te preocupes por tu talla, mira a estas mujeres de tallas grandes qué bien están. Como si con eso nuestra falta de autoestima se pudiera curar.

Y es cierto, están muy bien, PORQUE SIGUEN SIENDO MODELOS!!!

Lo cierto es que se ha comprobado que las modelos de talla grande no curan la falta de autoestima, pero sí que pueden ayudar a desmontar algunos ideales poco realistas que han causado tanto daño.

Cada vez aparecen más modelos de talla grande, eso que se ha dado en llamar “mujeres reales”. En principio, es algo a celebrar. Pero antes de descorchar el champán, vamos a mirarlo con ojos críticos e informados.

En primer lugar, habrá que ver si esta nueva tendencia se convierte en una costumbre estable, y no en una moda pasajera, como usar modelos exóticas (bizcas, con vitíligo, albinas, con síndrome de Down, etc.) (La variedad como “decoración” versus la variedad como reflejo de la realidad).

La pregunta clave es ¿Consigue este cambio que nos sintamos mejor las mujeres? ¿Qué nos importe menos conseguir nuestra “operación yo-yo”? ¿Qué nos guste más nuestro cuerpo?…

 Recordemos algunos hechos que están bien demostrados:

  • El ideal de belleza femenina ha ido bajando de talla desde comienzos del siglo XX. La mujer ideal ha ido siendo más y más delgada. Cuando la realidad es que nuestra forma de alimentarnos nos va haciendo más y más tendentes al sobrepeso.
  • Ese “ideal a conseguir” nos impacta a través de la publicidad cientos de veces cada día, no podemos escapar de ninguna forma.
  • Exponerse a ver modelos de talla mucho más baja de la media daña la autoestima de las mujeres, en general. O por lo menos nos baja la moral un buen rato.
  • Este efecto es especialmente destructivo en las niñas y jóvenes, cuya autoimagen se está creando. Y a las que nosotras, mujeres de cierta edad, no podemos ayudar muchas veces porque tampoco nuestra autoestima lo permite.
  • Las mujeres con peor autoestima son más propensas a consumir estos medios, con lo que entran en una espiral destructiva. Encima esto!!!

Este panorama es el que ha provocado la reacción contraria, una de cuyas caras son las modelos “plus-size”, pero, ¿hasta qué punto nos sentimos las mujeres mejor por el hecho de ver modelos con más curvas?

Un estudio universitario ha revelado que NO tanto como cabría esperar. En concreto las mujeres con un índice de masa corporal por encima de la media, ven mermada su autoestima al someterse a la publicidad de moda, independientemente de que la modelo sea mucho más delgada o que tenga una talla más similar a la suya.

¿Entonces, a qué puede deberse esto?

  • Los estudios de psicología han confirmado lo que muchas ya sospechábamos: la frustración que nos produce compararnos con las que consideramos mejores, es mucho mayor que la satisfacción de compararnos con las que consideramos iguales o inferiores. Ser mejores que algunas no nos consuela!!!
  • Además, todas sabemos que cuando se tiene una autoestima muy debilitada, es más fácil encontrar el aspecto negativo de cualquier comparación que el positivo.
  • El ideal de mujer delgada está tan arraigado en nuestra cultura por décadas de exposición, que por lo visto nuestra reacción interna al ver modelos de curvas generosas es algo así como “está bien, pero en realidad todo el mundo sigue prefiriendo a las delgadas”. Harán falta años y años de esta nueva imaginería publicitaria para que nos parezcan aceptables todos los “formatos de cuerpo” en que venimos envueltas las mujeres (todos estupendos, por cierto).
  • Además, como os decía, las modelos de talla grande no dejan de ser modelos, es decir, mujeres guapísimas, altas, bien proporcionadas, … aún muy lejos de la mujer estándar.

La publicidad y las pasarelas seguirán llenándose de mujeres “ideales” de una u otra manera, porque los diseñadores quieren que sus creaciones luzcan lo mejor posible y las marcan quieren vender lo más posible, y la belleza vende.

Por tanto, a lo más que podemos aspirar es a que los mensajes publicitarios reflejen mejor la variedad de cuerpos que existen, pero esto no evitará el daño que nos causa -a menudo, sin darnos cuenta- compararnos con ellas.

¿Quiere decir esto que la aparición de modelos de talla grande no sirve para nada?

En absoluto, es una medida necesaria para frenar la fuente de insatisfacción, y que puede dar sus frutos en el futuro. Sin embargo, debemos de dejar de achacar la responsabilidad en exclusiva al mundo de la moda.

La erradicación de la epidemia de falta de autoestima femenina deberá venir por educar mujeres más seguras de sí mismas, e inmunes al lado oscuro de la seducción publicitaria, y esto es responsabilidad de las mujeres que ya deberíamos de estar formadas.

 

Rosanna Gilrosannafoto
Asesoría de Imagen Personal

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