La inapetencia sexual femenina es un mito, según el informe europeo sobre sexualidad «¿Qué quieren las mujeres?«, realizado por la consultora internacional Strategy One con la colaboración del laboratorio Pfizer. De las 2.500 mayores de 18 años encuestadas en cinco países (Alemania, Austria, Portugal, Suecia y España), el 75% considera un aspecto importante para su vida tener una sexualidad satisfactoria. Y es que ellas también piensan en el sexo. Una investigación encabezada por Julia Heiman, directora del Instituto Kinsey de Investigación en Sexo, Género y Reproducción de la Universidad de Indiana (EEUU), pone de manifiesto que ellas quieren sexo mientras que ellos valoran más los mimos. Eso sí, las mujeres son más monógamas y tienen un menor número de compañeros sexuales a lo largo de su vida según datos de la Encuesta de Salud y Hábitos Sexuales, realizada en 2003 por el Instituto Nacional de Estadística (INE). 

Practicar deporte mejora las relaciones sexuales ya que llega mayor flujo de sangre al clítoris, lo que mejora el orgasmo y la función sexual según una investigación de la Universidad de Ankara (Turquía) publicada en Journal of Sexual Medicine. En las mujeres, el ejercicio físico puede provocar orgasmos según un estudio del Centro de Fomento de la Salud Sexual de la Universidad de Indiana (EE UU). La satisfacción sexual aumenta con la edad entre las mujeres mayores sexualmente activas, mientras que las que no tienen relaciones sexuales se encuentran satisfechas con sus vidas sexuales, según un reciente estudio.

Otro informe pone de manifiesto que «hasta un 60% de las mujeres finge el orgasmo para retener a sus parejas». Las cifras dicen que más del 90% de las mujeres que no se autoexploran tampoco llegan al orgasmo de otra forma. Un estudio australiano sobre el orgasmo femenino publicado en la citada revista lo corrobora al asegurar que «la mejor manera que tiene una mujer de asegurarse un orgasmo es mediante masturbación, mucho más que manteniendo relaciones sexuales con penetración». Este vídeo sobre masturbación femenina realizado por tres alumnas de Enfermería de la Universidad Rey Juan Carlos es tremendamente ilustrativo.

Me sorprende con cuánta asiduidad se escucha hablar de masturbación femenina como “hacerse una paja” o lo que es peor, “hacerse un dedo”. Lo cual atribuye el placer femenino a la penetración, en este caso con el dedo, a través de la vagina. Órgano que, según explican los expertos, solamente tiene terminaciones nerviosas en un tercio de su extensión. El que ya se ha denominado «primer mapa cerebral del placer femenino» ha constatado que el clítoris es la principal fuente de placer femenino, seguido de vagina y cuello uterino, según el estudio de la Universidad de Rutgers (EE UU) publicado en el Journal of Sexual Medicine. Lo explica bastante claro Silvia de Béjar en su libro Tu sexo es tuyo (Barcelona, Debolsillo, 2003). No me apasiona el tono de la obra pero reconozco que es bien clara en sus contenidos.

La autora aborda la diferencia que hay entre ellos y ellas: el hombre tiene un órgano, el pene, para tres funciones: para orinar y también es su órgano sexual y reproductor, al depositar el semen en la vagina de la mujer; mientras que ella posee tres órganos para esas mismas tres funciones: el meato urinario para orinar, la vagina como órgano reproductor que acoge el pene del hombre y a través del cual da a luz y el clítoris, órgano sexual de la mujer y único en el cuerpo humano cuya sola función consiste en proporcionar placer. En realidad, ese botoncito que vemos es solamente la punta del iceberg, ya que el clítoris es un órgano mucho más grande por dentro. Por roce del pene desde el interior de la vagina es por lo que algunas mujeres (la minoría, según la misma autora) pueden llegar al orgasmo mediante la penetración y sin estimulación de la parte externa de este órgano.

Por su parte, un grupo de científicos de la Universidad de Yale (EE.UU.) ha realizado una búsqueda bibliográfica, con revisión de cerca de 100 estudios publicados a partir de 1950, donde se discute sobre el orgasmo femenino y el punto de Gräfenberg. Las conclusiones del análisis, publicadas en la revista Journal of Sexual Medicine, desvelan que no hay evidencias objetivas y sólidas que garanticen la existencia de una zona anatómica que pueda responder a la descripción del punto G. Que sin embargo, muchísimas mujeres aseguran encontrar en su interior.

La divulgadora Mónica Felipe-Larralde reinvindica el útero como primer motor energético del cuerpo de la mujer, tal y como se considera en el taoísmo, más allá de su papel en el sistema reproductor de la mujer y asegura que este órgano está involucrado en el placer sexual y el orgasmo femeninos.

Fuente: Periodistia.blogspot.com