Te propongo un viaje, al interior de tu cuerpo, un viaje por tus órganos y emociones.
Conecta con tu respiración y siente tu cuerpo, tu postura. Inhala y al exhalar suelta tensiones y baja a tu cuerpo, siente el peso. Visualiza como por la nariz entra el aire y te lleva a tus pulmones, entra en ese espacio, obsérvalo y permite que lleguen a tu mente memorias relacionadas con la tristeza. Solo permite que lleguen, sin juicio, siente la tristeza, la melancolía, la nostalgia y sigue respirando. Permítete estar ahí unos minutos y cierra los ojos.

De la misma forma que llamaste a la tristeza, puedes hacer que se mueva y se vaya a través de una respiración profunda. Respira las veces que sean necesarias y haz que se vaya. Sal de los pulmones.
Cuando sientas que te quedas en un estado neutro, viajas al hígado. Entra, observa y permite que lleguen experiencias relacionadas con la ira, el enfado, el enojo, el coraje. Expresa lo que necesites a través del sonido, las lágrimas, el movimiento. Respira, siente y cierra tus ojos. Muy bien, ahora haz que se mueva respirando profundamente varias veces.

Sal del hígado y viaja a tu estómago, conecta con la ansiedad, la preocupación y respira. Ya sabes el procedimiento, así que cierra tus ojos y observa. Perfecto, ahora sal de tu estómago y viaja a tus riñones, deja que lleguen a tu mente imágenes, experiencias relacionadas con el miedo, siéntelo en todo tu cuerpo y observa que hace el miedo en ti. Respira, siente. Y cuando estés lista sal de los riñones. El viaje está finalizando, ahora viaja a tu corazón y conéctate con recuerdos relacionados con la alegría y la euforia, siente y respira. Cuando estés lista déjalo ir y sal del corazón.

Visualiza como sales de este circuito de órganos y emociones a través de la exhalación y quédate un ratito observando tu cuerpo, tu respiración. Si vuelve alguna imagen o te conectas con alguna emoción, solo respira y déjala ir, es importante que no te quedes enganchada a ninguna.
Todas las experiencias que vivimos dejan una huella en la memoria del cuerpo y las emociones van haciendo una ruta de viaje por los órganos ocasionando miedos, dudas, dolores, apegos.
Generalmente cuando somos niñas pasamos de una emoción a otra sin mucho problema, pero a medida que vamos creciendo, vamos tomando las emociones de papá y mamá, reprimimos lo que no está permitido expresar en la familia y luego en la escuela, en la sociedad, etc, etc y vamos identificándonos con ciertas respuestas emocionales, hábitos y creencias que van haciendo mella en nuestro cuerpo.
Este viaje está basado en la teoría de los cinco elementos ( madera, fuego, tierra, metal y agua) propuesta por los taoístas y su relación con los órganos, vísceras y emociones.

 

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Marta Gónzalez

marta@mariposadeobsidiana.com

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