El cierre del año no es solo un protocolo administrativo lo es también humano, vital, contabiliza el tiempo, ayuda a contar, recontar, tomar medidas y reflexionar sobre los resultados. Vamos a cerrar este año 2016 con un balance de lo que hemos ganado, lo que hemos perdido y lo que hemos transformado.

Si miramos a nuestro alrededor o dentro de nuestro mismo entorno nos damos cuenta de la cantidad de acontecimientos difíciles que han ocurrido o están ocurriendo, me refiero por ejemplo la cantidad de personas jóvenes que nos dejan para siempre o la cantidad de enfermos de cáncer o de enfermedades autoinmunes, amén de las pérdidas de empleo, el abrumador número de divorcios o separaciones, la oleada migratoria huyendo de situaciones penosas encontrando otras no menos penosas, muchas personas viviendo solas a pesar de anhelar lo contrario, en fin, experiencias de transformación que demandan ajustes y adaptaciones importantes, demandan y requieren ¡un cambio de conciencia!

Como personas maduras sabemos que todos los acontecimientos importantes no ocurren por mera casualidad y en nuestro balance colocaremos los buenos y felices eventos y también los que nos han sacudido y con estos últimos un buen paso sería optar por comenzar o continuar caminos de crecimiento que nos muestren herramientas tanto psicológicas como espirituales, tomar la opción de crecer hacia el encuentro con nuestro Yo Superior, ese que nos lleva al amor y a la aceptación de todo cuanto hay.

De la otra manera tenemos el peligro de quedar atrapadas en el ego y sus innumerables trampas por ejemplo quedarnos en el eje del sufrimiento y la queja pura y dura y allí degradar nuestra libertad, tornándonos dependientes de personas o de los vaivenes, mareas y oleajes de las circunstancias.

Amigas, desde este espacio de ella y el abanico les deseo de corazón que nuestro balance del año que está por cerrar traiga paz y luz en el alma, recordando que todo está en perfecto orden para nuestra evolución. Con ese espíritu deseo que emprendamos el año 2017 con la mejor de las voluntades que es la voluntad de amarnos y cuidarnos, servir al bien común, a la divinidad que nos habita y con ello atender al llamado de nuestra alma.

Como regalo les transcribo un pensamiento de Andrew Harvey, activista espiritual, extraído del blog Luna de Abril de la astróloga Paloma Todd y dice así……

“Estamos llamados a zambullirnos en la profundidad de nuestro ser y encontrar la paz y la pasión que nuestra naturaleza divina nos da. Que lo que encontremos nos de fuerza y poder, brillo y esperanza, para hacer frente a lo que sea que tengamos que enfrentar y para responder, ayudar y servir. Este es el testimonio de todos lo grandes maestros espirituales. No hay otra verdad. Estamos llamados a ser Seres Humanos Divinos, a encarnar la Paz Divina y a servir en el Mundo Real para ayudar el Plan de la Creación para la transformación de la humanidad. No podemos hacer esto si le damos la espalda al dolor, a la injusticia y el verdadero horror en el mundo. Hemos de ser lo suficientemente valientes para ir a lo profundo de la Verdad Divina y luchar pacíficamente para la transformación del planeta.”–Andrew Harvey

¡Adelante amigas con la misión que cada una lleva, que de nosotras será el paraíso de la paz interior!

¡Felices Fiestas y un Año 2017 lleno de armonía!

HORTENSIA CARRER

 

Hortensia Carrer
Psicoterapeuta y analista jungiana.

 

 


Ilustración:
Alejandra Rubies

www.alejandrarubies.com