La sequedad vaginal afecta global y profundamente a la mujer. Existen muchas y muy buenas ayudas en el mercado (cremas hidratantes, lubricantes…). Existe, también, tratamiento médico hormonal. Pero vamos más allá.

La sequedad es una consecuencia de la atrofia vaginal. La vagina se atrofia debido a la disminución de estrógenos, principalmente, aunque no exclusivamente. Una vagina atrofiada además de hormonas necesita vida.

5 claves para mejorar la sequedad vaginal:

  • Tener una buena postura corporal
  • Tener un suelo pélvico en condiciones
  • Reconocer el propio suelo pélvico
  • Tener vida sexual
  • Alimentación, hidratación y hábitos saludables

1. Tener una buena postura corporal

La postura determina cantidad de presión que sufre el suelo pélvico. El exceso de presión debilita los tejidos, dificulta la circulación de sangre, congestiona los sistemas, enlentece las reacciones, adormece las sensaciones… Ningún órgano ni tejido del cuerpo humano funciona bien bajo presión.

Una postura encogida, derrumbada, genera un exceso de presión intraabdominal, es decir, sobre el periné. Hay que desplegarse. Debemos sentarnos y movernos con una postura erguida y eso no quiere decir rígida.

 2. Tener el suelo pélvico en condiciones

Hay que mantener el suelo pélvico en buen estado. El periné débil genera congestión y puede generar problemas a la vagina.

Recordemos que el suelo pélvico es la parte inferior de la esfera abdomino pelviana. Y que esta esfera está formada por el diafragma, la musculatura profunda abdominal y el suelo pélvico. Por lo tanto, para tener un suelo pélvico en condiciones hay que hacer buen trabajo corporal global, con tres ejes básicos:

  • Diafragma: un diafragma relajado es clave para un suelo pélvico sano.
  • Musculatura abdominal: Una buen tono de la faja abdominal es tan importante como un buen tono perineal.
  • Musculatura del suelo pélvico: buen tono y buena capacidad contráctil.

Movilidad, respiración, elongación, hipopresión… son otras claves del trabajo corporal.

3.  Reconocer el propio suelo pélvico

A menudo al suelo pélvico y todo lo que sostiene (vejiga, vagina, útero, recto) no forma parte de nuestro esquema corporal. No lo conocemos, no sabemos como funciona, no sabemos como ayudarlo. A veces ni lo sentimos. Debemos integrar el periné en nuestro esquema corporal y en nuestra vida. Conocer algo es comprenderlo, es sentirlo, es vivirlo. A nivel fisiológico, integrar una parte del cuerpo significa que el cerebro la reconozca. Y si el cerebro la reconoce, invertirá más neuronas; más neuronas sensitivas (más sensibilidad) y más neuronas motoras (más fuerza).

Conocer y reconocer el propio suelo pélvico es necesario para que la vagina, o cualquier tejido mejore.

4. Tener vida sexual

La vagina es una estructura del cuerpo que parece caer en desuso con el tiempo. El olvido genera atrofia, y la atrofia genera olvido. La atrofia vaginal es a su vez causa y efecto. Qualquier tejido del cuerpo que no se mantenga activo se atrofiará.

La vagina se mantiene activa, es decir se contrae, gracias a los orgasmos. Pero tener vida sexual, no sólo significa orgasmos, significa también excitación, es decir: aporte de sangre.

Todas reconocemos ese “calorcito” que sube cuando nos ponemos en situación sexual (física o mentalmente). Ese aumento de la temperatura es un aumento de la sangre que llega a la zona perineal. El clítoris se llena de sangre (entra en erección), los músculos del suelo pélvico tienen aporte extra de oxígeno y la vagina se contrae a través de los orgasmos. Definitivamente, todo el mundo gana.

5. Alimentación, hidratación y hábitos saludables para mejorar la sequedad vaginal

Evidentemente un tejido se mantiene en buen estado gracias a una alimentación variada y equilibrada. Aunque es obvio, hay que recordar que el cuerpo se construye con lo que comemos. Es especialmente importante la bebida. Aunque no se tenga sed hay que beber aproximadamente 1’5l de agua al dia. El agua es necesaria, para el cuerpo y para la vida. Ningun tejido puede mejorar si le falta hidratación. Los hábitos tóxicos (café, tabaco, alcohol…) dificultan la regeneración de los tejidos.

MIREIA GROSSMAN

 

Mireia Grossmann i Camps

Osteópata, Fisioterapeuta especializada en reeducación abdómino-pelviana

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