Cada año, al llegar esta época, sentimos con sutileza los cambios del ambiente. Parece que en nosotras se despierta la alegría que inspira el sol más brillante, los días más largos y las plantas y árboles que rebrotan y florecen. Pero, a la vez, parece que nos sentimos más cansadas, incluso se oye decir: «estos días me está costando hasta pensar». Y, ¿cuál es la razón de que cada año vivamos así el cambio de la primavera?

El hígado, ese órgano que se encarga, entre otras funciones, de la depuración del organismo, en primavera está predispuesto a eliminar muchas de las toxinas, acumulaciones y tensiones que ha ido acumulando en los meses anteriores. Al hacerlo, pueden rebrotar problemas de alergias, las eliminaciones y la depuración pueden afectar a la piel e incluso a las vías respiratorias. El cuerpo se va adaptando y en este esfuerzo, muchas veces aparece de forma asociada un estado de cansancio y de ánimo bajo.

Si durante el otoño y el invierno, hemos abusado de las grasas saturadas, de la carne, embutidos, quesos grasos, bollería refinada, azúcares, alcohol, los síntomas que hemos descrito probablemente se acentuaran, ya que el hígado, encargado de más de 500 funciones, entre ellas las de metabolizar las grasas y depurar toxinas, estará sobreactuando.

Si, por el contrario, hemos ido cuidando nuestros menús diarios, el hígado estará mucho menos sobrecargado y «libre» para sus funciones .

Además, el hígado ejerce de «filtro» emocional en el organismo. Un hígado limpio, jugoso y fresco, está predispuesto a que las emociones fluyan con más armonía que si está sobrecargado, más «seco» y caliente. Así, el estrés del día a día, con la gran autoexigencia que nos impone, va contrayendo y bloqueando la energía del hígado. Las medicinas orientales aseguran que las tensiones emocionales se pueden gestionar con mucha más fluidez si nuestros órganos, y en concreto el hígado, funcionan bien. El enojo, la ira, la cólera, la rabia, son emociones que el Tao (práctica energética asociada a la Medicina Tradicional China) vincula a un hígado sobrecargado o disfuncionante.

La vida sedentaria, también puede enlentecer las funciones del hígado y del sistema digestivo, que en esa condición puede estar mostrando digestiones alteradas o problemas en el tránsito intestinal.

Vamos, pues, a ser prácticas y empezar a mimar al nuestro hígado en estas semanas:

    1      Escoge alimentos sin grasas saturadas, evita el alcohol y los excesos de carnes y embutidos.

    2      Tiñe tu vida de verde: col, brócoli, espárragos, alcahofas, endivias, algas, aguacates, germinados… Que no falten en tus menús de cada día.

    3      Tómate una cucharada de picles (verduras fermentadas) al día durante las próximas 6 semanas.

    4      Evita comer en exceso. Recuerda este consejo: levántate de la mesa siempre con la sensación de que podrás repetir un poquito más.

    5      Haz un poco de ejercicio cada día. Una pequeña tabla de 15 minutos puede bastar, proponte hacerlo, cada día durante las próximas 6 semanas.

Y, si todavía no lo has hecho, empieza el Método online ¡Siéntete Radiante!. Allí encontrarás información para comprender cómo tus alimentos afectan a tus órganos, a tus emociones y a tu estado mental. Encontrarás recetas con sentido como por ejemplo recetas depurativas que puedes aplicar durante las próximas semanas.

Anímate, aprende a cuidarte. Requiere de una cierta dedicación, es verdad, pero, ¿acaso tu salud y bienestar no lo merecen?

PilarBenitezPilar Benitez.
Experta en nutrición energética, cocina terapéutica y hábitos saludables para la mujeres.
Autora de los libros “¡Siéntete radiante!» “Mujeres Agotadas y cómo dejar de serlo”
www.sienteteradiante.com