Josephine, Allaka, Therese, Carol, Rocio.

 

Pocas veces conviven en la cartelera tres películas excelentes, protagonizadas por cinco mujeres “de película”. Cinco mujeres que se enfrentan a un momento determinante de su vida. Mujeres que tienen que tomar decisiones que las acompañaran siempre, que no tienen vuelta atrás. Decisiones que no dependen solo de ellas. Decisiones revestidas con la hipocresía de la condición social. Revestidas de ese “que dirán” tan simple, tan vulgar, pero que nos ha hecho siempre tanto daño. Porque puede destruir todo tu entorno. Porque puede dejarte sin nada a lo que agarrarte. Decisiones que afectaran directamente a esos hijos que adoran.

 

1-NadieQuiereLaNocheNADIE QUIERE LA NOCHE.Polo Norte. Una rica mujer de Park Avenue, Josephine Peary (Juliette Binoche) emprende un temerario viaje para reunirse con su marido, el explorador Robert Peary, y compartir con él el instante de gloria de descubrir el Polo Norte. Pero realmente Josephine viajara al interior de si misma, mirándose en el espejo de una humilde mujer esquimal Allaka (Rinko Kikuchi), que dinamitará desde la base, con su franqueza, con su forma directa y clara de enfrentar la vida, con su sabiduría emocional, todos los principios sobre los que se asienta Josephine. Pero poco sabremos de qué va a servirle su durísimo enfrentamiento con la realidad. La alta sociedad de 1.908 no va a permitir ninguna fisura. No va a permitir que nadie cuestione su supremacía racial y cultura. Josephine tiene todos los derechos. Allaka no tiene ninguno. Sin más.

 

1-CarolCAROL.1950. Nueva York, Therese Belivet (Rooney Mara), una joven dependienta de una tienda de Manhattan que sueña con una vida mejor, conoce un día a Carol Aird (Cate Blanchett), una mujer elegante y sofisticada que se encuentra atrapada en un matrimonio infeliz. Esta es la sinopsis “oficial” de la película. Aunque no es esta, la historia que nos cuenta. Carol no está atrapada en un matrimonio. Simplemente se ha casado porque es lo que tocaba en 1950, pero está harta, aburrida de las convenciones sociales. No quiere seguir comiendo “jalea de tomate” cada fin de semana en casa de sus suegros, por ricos que sean. Tiene una hija que adora y muy clara su preferencia por las mujeres, que su marido conoce perfectamente, pero no él no va a renunciar tan fácilmente al mejor trofeo de su carrera, ella. Therese Belivet trabaja como dependienta, y tiene un novio, también tal y como tiene ser en 1950. Pero tiene mucho talento, mucho, y yo prefiero pensar que saldrá a la luz a pesar de todo, que no le hace falta soñar, solo dar un paso más. Pero Carol Aird y Therese Belivet se miran y saben que se han enamorado. Se han enamorado más allá del género, más allá de la tendencia sexual. Se han enamorado, pero para vivir su historia de amor de cara, sin esconderla, tienen que enfrentarse a una sociedad que no va a ponérselo tan fácil.

 

1-TechoYcomidaTECHO Y COMIDA. 2015.Andalucía Rocío (Natalia Molina, Goya a la mejor actriz del 2016) no tiene nada. Literalmente nada, y no quiere perder lo único que le queda: su hijo. La crisis la ha sacudido de tal manera que la ha dejado sin poder ni comer. Pero una vez más, es la sociedad la marca las normas. Rocío tiene que hacer ver que “no pasa nada” delante de las mamas del cole de su hijo, para no avergonzarle. Tiene que “sisar” el champú del baño de su vecina, porque le da demasiada vergüenza tener que pedírselo. Tiene que arreglarse, pintarse y peinarse para causar buena impresión, mientras esta buscando en los contenedores algo para comer. Y una vez más, la sociedad no le da ninguna solución. Solo esta dura sensación de chocar contra una pared.

 

Tienen que ser ellas, las cinco, las que se enfrenten. Las que consigan, o no, con su actitud, con sus decisiones, que algo cambie. “Nadie quiere la Noche” de Isabel Coixet, “Carol” de Todd Hays y “Techo y comida” de Juan Miguel del Castillo.

 

¡Cinco retratos de mujeres imprescindibles!.

 

Marta FiguerasMarta Figueras
Productora de cine.
Delegada de CIMA -Asociación de Mujeres Cineastas y de Medios Audiovisuales