La actitud hipopresiva es aquella que integra el suelo pélvico en el día a día.

Está muy bien y es totalmente necesario hacer un buen trabajo post parto para poner las cosas en orden, es imprescindible recibir tratamiento si tenemos problemas o síntomas sospechosos… Actuar siempre es importante y, en el caso del suelo pélvico, es decisivo. Si hablamos de periné, es flagrante que posponer es complicar.

Sabemos que el exceso de presión es uno de los factores que más debilita al suelo pélvico. Un parto es una presión brutal, pero puntual. Un mal parto se puede llevar por delante un periné, sin duda, pero una presión pequeña, constante, cada día, cada semana, cada año, también se lleva por delante un suelo pélvico. Lenta, pero inexorablemente.

A partir de la menopausia, estas pequeñas y constantes presiones derivadas de una postura hundida, de un diafragma demasiado tenso, de una debilidad de la faja abdominal se manifiestan con más contundencia. No es que las presiones se incrementen, es que los cambios hormonales hacen que los tejidos se relajen y contengan de forma menos efectiva.

Todas sabemos que a partir de la menopausia el cuerpo parece tener una insistente tendencia a la expansión. Es un momento clave atender al cuerpo, y en especial al suelo pélvico.

Seguramente nos sonará la famosa gimnasia abdominal hipopresiva. Es la bomba del momento.

La gimnasia abdominal hipopresiva es un trabajo magnífico, global y muy potente. Toda persona, pero sobre todo toda mujer, debería saber hacer hipopresivos. Es una herramienta realmente eficaz.

Pero no todo el mundo puede hacer hipopresivos: por cuestión corporal, por patología, por edad… Y no todo el mundo tiene la constancia de hacer hipopresivos de forma regular.

Reconozcámoslo: los hipopresivos a veces dan pereza, no son alegres de hacer, aunque sean rabiosamente efectivos.

La actitud hipopresiva no es gimnasia abdominal hipopresiva. Ni tan sólo es un ejercicio físico. La ctitud hipopresiva no requiere tiempo, ni esfuerzo, ni intimidad, ni espacio… La actitud hipopresiva es una forma de vida, una actitud corporal, una actitud frente a la vida, una forma de estar.

La propuesta es un ejercicio de atención; de atención al momento presente a través del cuerpo. La propuesta es tener siempre una neurona conectada con el suelo pélvico. En el trabajo, en el lavabo, al caminar, al levantar a un niño, al coger el metro, al ver la tele, al levantar la tapa del contenedor de basuras, en la moto, al barrer, al abrir una botella de cava, al levantar una maleta, al conducir, al regar las plantas, al mirar por el balcón…

La propuesta es un ejercicio de atención al momento presente, de presentismo a través del cuerpo.

La actitud hipopresiva tiene tres puntales: la autoelongación, los isquiones y el músculo transverso del abdomen, nuestra faja natural.

La propuesta es hacer de la autoelongación y la conciencia corporal nuestro modus vivendi. La propuesta es conectar con el suelo pélvico e integrarlo en nuestro cuerpo y en nuestra vida.

Seguiremos hablando de la actitud hipopresiva. Y recuerda: el suelo pélvico nos acompaña toda la vida. Tu periné es tu responsabilidad.

 

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Mireia Grossmann i Camps
Osteópata y 
Fisioterapeuta especializada en reeducación
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