Dr.Sinuhe-Barroso

El tema del cáncer de mama está muy presente en las mujeres en menopausia, sobre todo al momento de decidir si tomar o no tratamientos de reemplazo hormonal. Esto está dado por las múltiples campañas mediáticas que pregonan una relación directa entre el uso de estos tratamientos o terapias hormonales y el cáncer de mama.  EL Dr. Sinuhé Barroso Bravo, Director Médico del Hospital de Oncología del Centro Médico Nacional Siglo XXI del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) dió su opinión

¿Hay alguna relación entre climaterio y cáncer de mama?
Sí hay una relación, porque el cáncer de mama se divide en dos grandes grupos: los que están relacionados con las hormonas y los que no. Se les llama hormonodependientes y no hormonodependientes, respectivamente.

Fuente: mi menopausia.

Los hormonodependientes son cánceres que generalmente les da mujeres posmenopáusicas y que se relacionan con los estrógenos y la progesterona. A mayor exposición a estrógenos y progesterona mayor es el riesgo de cáncer de mama. Quiere decir que las mujeres que tienen la menarca (primera menstruación) a edades muy tempranas y la menopausia tarde, tienen una ventana muy grande de exposición a estrógenos y progesterona y son quienes tienen más riesgo de tener cáncer de mama hormonodependientes donde los receptores hormonales (de estrógeno y progesterona) son positivos.

Este tipo de cáncer relacionado con las hormonas está relacionado también con la presentación de la menopausia. Se ha visto que pacientes con menopausia más temprana o incluso cuando se hace ooforectomía que es quitar los ovarios en forma quirúrgica, tienen menor riesgo de cáncer de mama.

Hay otra relación que es cuando se administran hormonas como tratamiento para el síndrome climatérico. Estas hormonas se relacionan con un incremento de riesgo de cáncer de mama. El incremento es pequeño, sin embargo existe. Es pequeño cuando se toma en porcentajes, pero cuando se toma por cantidad de pacientes es diferente. Se dice que en un estudio realizado en Inglaterra, se relacionaron hasta 20,000 casos de cáncer de mama con la terapia de reemplazo hormonal (TRH) después de la menopausia. Esto no quiere decir que se deba satanizar el uso de la TRH porque hay estudios que si bien muestran que se incrementa el riesgo, éste está relacionado con el tiempo de exposición después de la menopausia. Si la terapia hormonal se da por menos de 4 años, el riesgo prácticamente es igual a una mujer a la que no toma TRH. Se va a ir incrementando a medida que vaya pasando más tiempo y también el tipo de TRH que se utilice.

Entre los médicos existen dos posturas: una muy prudente con las hormonas y la otra que sostiene que el tratamiento de reemplazo hormonal no provoca cáncer, que si la mujer ya tenía la lesión no detectada, entonces sí desarrollará más rápidamente la enfermedad ¿cuál es su opinión como oncólogo?

Las dos posturas tienen razón: cuando el cáncer de mama se relaciona con hormonas, está totalmente contraindicado. De hecho se utiliza una terapia antiestrogénica, como lo es el tamoxifen que sólo se utiliza cuando los receptores hormonales son positivos. Entonces sí, los estrógenos y progesterona lo desarrollan más. Ahora ante la pregunta ¿los estrógenos causan el cáncer de mama? La respuesta es no, pero incrementan el riesgo de que se presente. Por lo tanto no es una contraindicación para utilizar TRH. Aquí lo más importante es ver la calidad de vida de la paciente y considerar lo que se llama relación riesgo-beneficio. El riesgo de tener cáncer de mama no es tan grande, pero existe. Si yo puedo evitar dar la TRH, la evito. Pero si la calidad de vida está muy alterada, no voy a someter a una paciente a una mala calidad de vida por reducir el riesgo de cáncer de mama muy poco. Ahí es donde se debe evaluar.

No es una contraindicación absoluta y no hay que satanizar el uso de la terapia hormonal. Lo que sí hay que hacer, es tener un cuidado más estricto para esta mujer con su mastografía anual.

Obesidad y cáncer de mama

No hay duda que hay una relación entre obesidad y cáncer de mama porque el porcentaje de mujeres que tienen el índice de masa corporal elevado está muy estrechamente relacionado con el cáncer de mama. Comparando una población con índice de masa corporal normal contra otra de índice elevado, éste último grupo tiene mayor probabilidad de tener cáncer de mama. Esto no quiere decir que todas las mujeres que tengan un índice elevado de masa corporal vayan a tener cáncer de mama, pero sin duda el control del peso, el ejercicio y una dieta saludable no sólo reducen el riesgo de cáncer de mama, sino de enfermedades cardiovasculares y muchas otras enfermedades. Se tendrá una vida más sana y a largo plazo. Es fundamental que las mujeres (y los hombres) de este país cuiden su peso. Además la grasa corporal en exceso hace que se produzcan estrógenos y progesterona o derivados de hormonas que no están producidos por los ovarios y las glándulas suprarrenales y que altere todavía más a este equilibrio que hay entre hormonas y por lo tanto se presenten más problemas en los síntomas climatéricos.

Creo sí, que es relevante esta información de la importancia del control del peso en el climaterio.

Métodos preventivos ¿la autoexploración es efectiva?

La autoexploración no reduce la mortalidad por cáncer de mama, porque cuando una mujer se detecta a sí misma el tumor, por lo general tiene más de 3 cm. Cuando el tumor  tiene ese tamaño hay mucha probabilidad que ya haya metástasis a otros sitios, o sea la enfermedad del tumor fue a otras partes del cuerpo y la letalidad del cáncer de mama se da por enfermedades en otras partes del cuerpo como por ejemplo pulmones, hígado, cerebro, sistema nervioso central. Si invaden estos sitios que son órganos vitales, entonces esto se relaciona con las muertes por cáncer de mama.

Factor pronóstico – tamaño del tumor

Lo que se debe evitar es que llegue a estos sitios vitales que mencionamos ¿cómo se evita? Con el factor pronóstico más importante que es el tamaño del tumor. Si nosotros detectamos tumores de menos de 2 cm, vamos a tener posibilidades mayores de curación y el tumor más pequeño no lo detecta la clínica, ni la autoexporación de la mujer ni por tacto del médico; se detecta por mastrografía. Entonces, la mastografía es el método de elección para detectar tumores pequeños potencialmente curables.

En términos generales se recomienda una mastografía anual o cada 2 años a partir de los 40 años y si es por el sistema de salud, generalmente se inicia a los 50 años en forma anual o bianual.