L@s directiv@s de empresa frecuentemente tienen que pronunciar discursos. Los lugares pueden ser en el mismo auditorio de la empresa, en una sala alquilada para tal efecto, en auditorios de Palacios de Congresos y, mayoritariamente, antes o después de una comida o cena de negocios.
En las grandes empresas, los discursos son preparados por el Departamento de Relaciones Públicas y el orador le da su toque personal añadiendo o eliminando algunas cosas. Si se tienen que pronunciar palabras en público, hay que prepararse. Una vez se sepa el tema sobre el que se tiene que hablar, se investigará a fondo para dominar bien la materia y no encontrarse con sorpresas desagradables como preguntas que no se saben responder o falta de datos para rebatir alguna cuestión.

Preparación del discurso
Una de las maneras de preparar un discurso es hacerse varias preguntas:
> ¿Qué quiero decir?
Con la respuesta tendremos el tema.
> ¿Cómo lo quiero decir?
Con la respuesta tendremos el medio por el que queremos transmitir y el lenguaje que se tiene que usar.
> ¿A quien lo he de decir?
Adaptar el lenguaje a las características de la audiencia. Si entienden el lenguaje con que se les habla, se interesarán, preguntarán y se sentirán parte del discurso.
> ¿Cuánto ha de durar?
Tengamos en cuenta que si es muy corto, los oyentes no tendrán tiempo de sumergirse en el tema y, si es muy largo, los oyentes “desconectarán” en cuanto se empiecen a sentir cansados.
Cosas que hay que lograr:
> Que quien nos escuche nos preste atención.
Así que procuraremos llamar la atención de la audiencia desde el principio. Podemos contar una vivencia o una anécdota personal interesante.
> Que digamos algo que interese al auditorio.
Podemos plantear un problema para que quien nos escuche pueda reflexionar sobre él. Intentaremos generar espectativas para luego dar solución con razonamientos.
> Que nuestros oyentes comprendan lo que decimos.
El material gráfico es impactante y ayuda a la comprensión del tema. No hay que abusar de él. Lo usaremos como apoyo de nuestro dicurso explicando lo que mostramos.
> Que se sientan partícipes.
Aprovechemos alguna pregunta de la cual no estemos seguros de la respuesta para dirigirla al público. De esta forma no nos verán titubear y se sentirán partícipes.
> Que nuestro público quede agradablemente impresionado por el orador.
Si se quiere perder el miedo a hablar en público hay que practicar lo siguiente:
> Leer a el discurso a solas en voz alta.
> Grabarlo y escucharlo después para medir el tiempo, y si se ha hablado demasiado rápido o, por el contrario, demasiado lento.
> Leer el discurso delante de un espejo incluyendo algunos gestos que le den fuerza.
> Leerlo delante de un/a amig@ para que nos de su opinión.
> Incluir alguna anécdota divertida y contarla con gracia.
> Hablar sin titubeos ni rodeos.
> Intentar estar distendid@ y hablar con seguridad, pronunciando bien las sílabas y cuidando de no repetir palabras, ser clar@ y concis@.
> Para sentirse más cómodo, escoger de entre el público una cara que muestre interés y, si nos sentimos “perdidos”, dirigir nuestro discurso a ella.
> No miremos siempre a la misma persona, esto denota nerviosismo e intimida a la persona que miramos. Movamos la vista entre todos sin mirar a los ojos sino al entrecejo.
> Tengamos en cuenta que cualquier afirmación debe ir seguida de datos estadísticos o la cita de un personaje conocido.
> Si nos quedamos en blanco: respirar hondo, resumir lo dicho para recordar dónde quedamos y continuar.
> Si nos hemos olvidado de decir algo, no comentarlo, sería agrandar algo que quizá ni se ha notado.
> Evitar que la conclusión sea tan larga como el discurso en sí.
> Los discursos deben ser lo suficientemente largos para interesar a quien nos escucha, y lo suficientemente cortos para no cansarle.
Puesta en escena:
> Enterarse del color de fondo del lugar donde se tiene que hablar para vestirse con un color que destaque.
> Intentar que la cara esté iluminada por algún punto de luz.
> Hacer silencios antes y después de las frases más importantes.
> Evitar posturas cerradas como cruzar los brazos, y rígidas como permanecer en la misma posición todo el tiempo.

Momento de pronunciar el discurso:
Si el discurso tiene lugar después de la comida, puede ser:
1.- Después de haber tomado los postres, cuando el café y los licores se sirvan en mesa aparte.
2.- Cinco minutos después de ser servido el café y los licores, cuando éstos se sirven en la misma mesa en la que se ha comido.
Orden para pronunciar discursos:
Si los discursos son pronunciados fuera de las comidas y se cuenta con más de un orador, los empieza y los termina el anfitrión. Pero si éste cede su presidencia (siempre que se cede la presidencia es a la persona de más categoría que está presente), los empieza la persona de más categoría presente en el acto que es quien irá dando la palabra a los demás oradores, y será también quien cierre el acto. Los siguientes oradores irán en orden de menos categoría a más. La duración de los discursos se establecerá según el tiempo total de que se disponga. Se recomienda que no sobrepasen los quince o veinte minutos.

El brindis
El brindis consta de tres partes:
> Saludo al homenajeado y/o a los presentes.
> Pronunciar unas palabras sobre el motivo de la reunión.
> Hacer un brindis por los mejores deseos de salud y felicidad del homenajeado y de los presentes.
Si se trata de una empresa, el brindis se hace para la prosperidad de la misma.
> Seguidamente, la persona que tiene la palabra, tomará su copa con cava o vino (el protocolo indica que nunca se brinda con agua ni se dice “chin, chin…”), y beberá (o hará el ademán de hacerlo), todos los presentes harán lo mismo menos el homenajeado.

 

Respuesta del homenajeado:
> Tomará la palabra y agradecerá el homenaje.
> Comentará el motivo de la reunión.
> Brindará con los presentes.

 

 Por fin en Madrid el 16 y 17 de Octubre el V Fórum Mujer y Menopausia
clica AQUÍ para toda la información.

Fuente: 39 y más