Las emociones y estados emotivos, son respuestas individuales del organismo que nos informan del estado del bienestar. Cuando digo individuales, me refiero a que dependen de la interpretación de la realidad que hace cada persona ante una misma situación.

Las personas no podemos decidir cómo nos sentimos, aunque hay maneras de incidir en nuestras emociones.

Es normal que ante una situación como la que estamos viviendo, experimentemos emociones como el miedo a lo desconocido,  la tristeza de dejar algo atrás y/o la impotencia. Sí además nos coincide con que ya nuestras emociones están alteradas por la menopausia, a todos los otros sentimientos podemos añadir  la rabia de los cambios inevitables como el paso del tiempo, la sorpresa por cosas nuevas, la indignación por sentirnos etiquetadas…

Es importante que, si están, reconozcamos estas emociones, las afrontemos y aprendamos a gestionarlas.

Hay mujeres que cuando les llega la menopausia, no experimentan emociones negativas, porqué el significado que dan a la menopausia es positivo y están preparadas para afrontarla, y además quizá no han sufrido las molestias físicas que puede representar en algunos casos. ¡Perfecto!

Pero como cada mujer es diferente las hay que sí las experimentan y  el primer paso para superar la situación y sentirse mejor es reconocer su malestar. Es cuestión de afrontar el problema y si es preciso pedir la ayuda de un/una profesional.

Finalmente, hay mujeres que tienen todas estas emociones negativas reprimidas, ante una falsa apariencia de aceptación. (Niegan las emociones). Aquí tenemos un problema que puede afectar nuestra salud.

Por lo tanto, lo primero que recomiendo es que aceptemos las emociones  aunque  sean negativas y no nos gusten, que las compartamos o las escribamos en un papel para reconocerlas y afrontarlas. Las emociones negativas también son humanas y pueden ser potenciadoras si las sabemos gestionar.

Una vez hecho esto, es importante re definir el concepto de menopausia, re ubicarlo en nuestra sociedad y ser conscientes de nuestro entorno y de nuestra esperanza de vida. A menudo vivimos en una sociedad moderna manteniendo viejos prejuicios que ahora sólo existen en nuestras cabezas.

¡Venga chicas! Para que la sociedad cambie las falsas creencias existentes alrededor de la menopausia, primero tenemos que hacerlo nosotras.

GEMMA-PRATS-I-MOLNERGemma Prats y Molner
Psicóloga Formadora y Psicoterapeuta
Licenciada en Psicología clínica por la Universidad de Barcelona y se ha especializado en Habilidades de comunicación Interpersonal y Gestión de las emociones.

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