Cuidar correctamente nuestro esqueleto resulta fundamental, ya que el conjunto óseo es el encargado de habilitar la locomoción, dotar de protección a los órganos internos o dar cobijo a nutrientes esenciales como el calcio y el fósforo.
Sabías que un fragmento de hueso podría soportar más peso que el cemento, con una capacidad de aguantar hasta 9 toneladas sin fracturarse?
Ello se debe a la dureza de la composición mineral de la que están formados. Esta combinación mineral no sólo es útil para brindar resistencia a la estructura sino también como reserva de calcio.
Pero para que el calcio pueda fijarse en los huesos necesita vitamina D. Una de las principales fuentes de esta vitamina procede de la exposición al sol, aunque también la podemos encontrar en alimentos como el pescado azul, la mantequilla o los huevos.
Esta inversión en salud ósea es fundamental para prevenir futuras complicaciones, como la osteoporosis, un trastorno que afecta a cerca de tres millones de personas en España, de las cuales 2,5 son mujeres.
Actividades cotidianas y salud
Pero gozar de una buena salud ósea va más allá de prevenir dolencias, en el día a día los huesos intervienen en actividades cotidianas que se realizan casi sin pensar. Por ejemplo, transportar un bolso al hombro con un peso aproximado de 10 kilos puede provocar molestias articulares y óseas. Por ello, los expertos recomiendan portar bolsos de menor tamaño e insisten en la adecuada utilización de los mismos.
Según un estudio del Colegio Profesional de Fisioterapeutas de Madrid, se debe ser más precavido durante la infancia y la pubertad, ya que acciones como llevar a la espalda la mochila del colegio con un peso desmesurado pueden ser el origen de dolores en la espalda.
La salud ósea de los más pequeños es especialmente relevante, puesto que existen estudios que señalan que los niños de entre 6 y 8 años transportan en sus mochilas el 7% más del peso recomendado, lo que da lugar a molestias en la espalda y las articulaciones.
El ejercicio físico, primordial para el aumento de la densidad ósea
El deporte y la actividad física de forma regular también son pilares imprescindibles para gozar de un esqueleto saludable. Hacer ejercicio provoca un efecto positivo en el aumento de la masa muscular y de la fortaleza ósea. Las actividades más beneficiosas son los ejercicios de resistencia con saltos e impacto vertical como el atletismo, la gimnasia o la danza, en las que se ha de soportar el peso propio del cuerpo.
El ejercicio no sólo mejora la salud de los huesos, sino que también ayuda al aumento de la fuerza muscular, la coordinación y el equilibrio.
Deja tu comentario