Numerosos estudios señalan una comunicación entre el  intestino y el sistema nervioso central. Además, la microbiota intestinal está considerada nuestro segundo cerebro pues se ha visto cómo está fuertemente correlacionada con nuestras emociones.

Se trata de una comunicación bidireccional que conecta el sistema nervioso central (cerebro y médula espinal) con el sistema nervioso entérico o digestivo-intestinal. Así, reaccionamos a estímulos como el hambre, el estrés o las emociones.

Con el cuidado de nuestra microbiota intestinal regulamos diferentes síntomas emocionales, ya que se interviene en el eje intestino-cerebro. 

¿Cómo cuidar nuestra microbiota intestinal?
Primero de todo, es aconsejable hacer un proceso de limpieza intestinal y eliminar las partes ácidas acumuladas en el intestino. Una manera natural de limpieza que realizo habitualmente es, a primera hora de la mañana, en ayunas, tomar un vaso de agua caliente, con un limón exprimido y una cucharadita de postres rasa de bicarbonato. Esto producirá un efecto depurador en nuestros intestinos. 

Después es importante controlar nuestra dieta e ingerir una proporción de alimentos 70% alcalinos y 30% ácidos para un buen funcionamiento intestinal e corporal en general. Es aconsejable limitar la ingesta de carne, ya que esta es extremadamente ácida y cuesta mucho de digerir.

Algunos alimentos alcalinos:
– Verduras: ajo, apio, brócoli, cebada, espinaca cruda, perejil, coliflor, tomate.

– Frutas: higos secos, cerezas, limón, manzana, sandía, coco.

– Cereales y granos: lechuga, zanahoria, algarroba, zanahoria, mijo, trigo negro.

– Lácteos. cuajada, leche de cabra, queso de cabra.

– Semillas: almendras, avellanas, castañas.

– Bebidas: té verde, limonada, té de jengibre.

Algunos alimentos ácidos:
– Verduras: patata, frijol blanco, pepinillos.

– Frutas: frutas en lata.

– Cereales y granos: tortas fritas, arroz blanco, pan blanco, pastelería.

– Lácteos. queso de rallar, parmesano, quesos duros, leche de vaca, helados.

– Semillas: pistachos, nueces.

– Bebidas: café, cerveza, licores, té negro, gaseosa (bebidas con gas), vino.

Para el buen funcionamiento general de la flora intestinal es importante ingerir probióticos (fermentados, fruta…) y la eliminación de substancias tóxicas como pueden ser el tabaco y los medicamentos, así pues también eliminar una vida sedentaria.

¿Cómo afecta la microbiota intestinal en la menopausia?
Como ya sabemos, en el ciclo de la menopausia se producen diferentes cambios a nivel corporal pero también emocional. Una de las maneras de controlar estos estados emocionales como pueden ser el estrés o los cambios de humor, es teniendo en salud nuestra microbiota intestinal, ya que como hemos visto anteriormente, la regulación del eje intestino-cerebro es primordial.

Raúl Gámez

Kinesiología-PNL-Par Biomagnético

www.raulgamezkinesiologia.com