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Muchas mujeres a partir de los 40 notan que algo les está pasando cuando sienten un cambio en su carácter: más irritables y sensibles, inestables emocionalmente, a veces con tendencia a la depresión, otras con insomnio…

Previo a la caída de estrógenos y pérdida de la menstruación suele haber un cambio a nivel emocional, que se justifica por el descenso de serotonina, un neurotransmisor que nos equilibra, no ayuda a dormir e impide las compulsiones alimentarias y, sobretodo el deseo de dulces y nos da sensación de paz y bienestar.

Es importante estudiar bien los síntomas y relacionarlos con algún déficit micronutricional: la falta de magnesio puede dar fatiga, irritabilidad, calambres. El déficit de hierro también puede deberse a la tendencia en esta etapa a un hipotiroidismo subclínico. Hay que revisar los niveles de hormona tiroidea, de hierro en sangre, ver si hay otros síntomas de hipotiroidismo como el aumento de peso, deterioro cognitivo y pérdida de memoria, fatiga, descenso del deseo sexual…

Ante esta situación de hipotiroidismo subclínico es mejor suplementar con micronutrientes como el yodo, selenio, Zinc, Cobre, Cúrcuma, Vits E y C, hierro, l-tirosina, Vits B 12, Vit D3, Coenzima Q 10… en función de los resultados analíticos obtenidos. Si suplementamos, estimulamos el funcionamiento del tiroides, si damos la hormona de fuera, el tiroides dejará ya de funcionar!

A las mujeres nos cuesta reconocer que estamos irritables por nuestro estado hormonal y muchas veces lo aceptamos sin saber que pequeñas correcciones después de un estudio exhaustivo pueden regularnos esta labilidad emocional y hacer que esta etapa de nuestra vida sea muy gratificante y nos haga sentir muy seguras y plenas. No tienes por qué aceptar un estado de depresión o irritabilidad como parte de la «hipoteca» de estar menopáusica, consulta con un especialista en micronutrición y  ¡deja de echarle la culpa a las hormonas!

Tips que equilibran:

-Acepta tu estado pero no le eches la culpa a él, busca consejo profesional y no te resignes.
-Busca compensaciones, regálate momentos. Hacer deporte, quedar con amigas, acude a un spa, viaja.
-Avisa a tu pareja de tu estado anímico y hazle partícipe de tus cambios, contesta con un «ahora no es momento» y permite que los demás te entiendan… Habla abiertamente de ello, si las cándidas vaginales o las hemorroides son un tema publicitario ¡cómo no vas a hablar tú de lo que sientes!
-Pide a los demás paciencia en momentos de máxima turbulencia y no te precipites en tu toma de «decisiones drásticas».
-Aprende a funcionar con la «marejadilla de síntomas», ni tu familia, ni tus hijos, ni tu pareja ni tu jefe tienen la culpa de tu estado. Habrá días mejores y otros peores. No pasa nada por tener que abanicarte en medio de una reunión o, aunque creas que tod@s se han percatado de ese sofoco que ilumina tus mejillas y satina tu escote, lo notas tú más que los demás, no dramatices una situación que tendría que ser bien tolerada.
-Habla con tus amigas de ello, en ellas encontrarás al mejor aliado y por supuesto busca ayuda profesional para llevar a buen puerto un recorrido que, aunque difícil, te va a llevar al mejor de los estados: el de la plenitud, seguridad y madurez. ¡Disfrútalo!

GONZALEZ dra. Imma González.
Licenciada en Medicina y Cirugía.
Máster Medicina Estética U.I.B.Máster Homotoxicología y    Técnicas Médicas Complementarias U.V.
Experta en Homeopatía C.E.D.H.
Máster en Terapia Neural U.B.
Miembro de la Asociación Española para el Estudio de la Menopausia A.E.E.M.

Directora médica Centro Medicina Biológica Novadona. Barcelona.
www.novadona.com