En los últimos años ha aflorado un negocio de empresas y productos naturales, en paralelo a un aumento de la investigación para buscar tratamientos personalizados.

La menopausia también está saliendo del armario después de siglos atrapada en la intimidad por pudor propio y sobre todo por el peso de una cultura que consideraba el fin del ciclo reproductivo como «el infierno de las mujeres», en palabras del francés De Gardanne, que dos siglos atrás puso nombre en esta etapa vital de grandes cambios hormonales.

Ahora, pero, soplan nuevos aires empujados por la progresiva llegada a la menopausia de las babyboomers y las primeras mil·lennials (solo en Cataluña, un millón de mujeres), que continuarán activas laboralmente unos cuántos años.

Las actrices Gwyneth Paltrow y Naomi Watts son la cara visible de las que ya no esconden que han dejado atrás la regla y aprovechan su imagen para comercializar productos específicos (desde esprays hasta probióticos y lubricantes vaginales) de marca propia.

La misma Michelle Obama usó el potente altavoz de su podcast para confesar la soledad con que está pasando los síntomas menopáusicos por «la escasa información» sobre el tema.

Estamos en un momento inicial, pero, como lo hicieron la regla y la fertilidad, ahora la menopausia se hace lugar en un mercado que en 2021 se valoraba en 15.500 millones de dólares, según estimaciones de Grand View Research.

Y la prueba que es una tendencia creciente –porque las mujeres buscan alternativas en los tratamientos hormonales– es que los inversores de Silicon Valley están abocando millones de dólares para crear aplicaciones y start-ups. Es una rama más del llamado negocio femtech, que en los últimos años vive un momento dulce, con mujeres empoderadas y con ganas de vivir plenamente.

El nicho existe, porque como le pasaba al ex primera dama norteamericana, las jóvenes no piensan en la menopausia y cuando los llegan los síntomas algunas no saben qué los está pasando.

Montse Roura, una pionera en hablar sobre la menopausia desde el portal digital  www.ellayelabanico.com activo desde el 2010,  afirma «Que se haga negocio no me preocupa tanto como que no se haga un control de los productos y, sobre todo, que este negocio no vaya acompañado de investigación».

También a ella le han llegado ofertas de inversores para aprovecharse de su ascendencia entre los miles de usuarias, pero denuncia que el único interés que tenían, dice era «ganar dinero a expensas de la salud de las mujeres pero sin preocuparse por el que la mujer vive en este periodo».

Por Marta Rodríguez Carrera

Portada Paula Bonet