Creo que las mujeres podemos tenerlo todo, pero no en seguida.

Las diferentes fuerzas de nuestro poder necesitan tiempo para desarrollarse. Últimamente es común escuchar que la vida de la mujer asciende a partir de los cuarenta, los franceses afirman que a esta edad la mujer florece, pero todavía en muchas partes del mundo estamos bajo el peso desagradable del paso de los años. Cuando somos jóvenes, lucimos radiantes con un aspecto fabuloso, pero en esa etapa no tenemos idea de lo que hace gloriosa a una mujer. Para la mayoría de las mujeres con más de cuarenta años de edad, las piezas del rompecabezas acaban de empezar a encajar. Lo que las mujeres maduras deseamos es la despreocupación de la juventud junto con lo profundo de la experiencia de los años vividos, pero sintiéndonos saludables y con la misma energía de los años mozos.

¿Qué es lo que nos sucede? nuestro cuerpo está formado por cien billones de células. Éstas deben mantenerse comunicadas entre sí, sólo de esta manera los órganos pueden funcionar. La comunicación está dada por el sistema nervioso y el hormonal. Las hormonas son pues, las mediadoras que llevan la información de una o más células a otras en diferentes lugares de un organismo. Debido a esta comunicación e interrelación existente entre las células y por lo tanto órganos, la alteración del equilibrio de uno de ellos puede producir malestares.

La mujer es, desde su nacimiento, esclava de sus hormonas, éstas han sido diseñadas para llevar a cabo la tarea más noble que puede experimentar una mujer, la de ser madre. Así, gracias a las hormonas, la especie humana se perpetúa. Sin embargo, esta tarea va acompañada en muchas ocasiones de manifestaciones físicas y emocionales adversas.

Estos cambios acompañan a la mujer toda su vida: entre 18 y 45 años puede padecer el síndrome premenstrual, cambios que aparecen de forma cíclica, entre cinco y diez días antes de la menstruación que van aumentando de intensidad hasta llegar a su máximo tres días antes de ella y luego desaparecen. Los cambios físicos pueden ser; tensión mamaria jaquecas, aumento de peso y retención de líquidos; los cambios emocionales son: irritabilidad, ansiedad, depresión, inestabilidad emocional entre los más comunes. Aunque los cambios físicos son importantes, son los emocionales y conductuales los que más afectan a las mujeres.

La mujer alrededor de los 50 años de edad presenta su última menstruación y señala el término de su vida fértil. La perimenopausia (un año antes y un año después), es cuando se producen la mayor parte de los síntomas desagradables como alteraciones menstruales, cambios emocionales y bochornos. La premenopausia se refiere a (más o menos) los cinco años previos, y la postmenopausia, los años posteriores a la menopausia. El climaterio es la etapa más prolongada. Abarca la premenopausia y la postmenopausia.

La menopausia se debe a la insuficiencia en la producción de estrógenos, los cuales se producen en los ovarios. Con el paso del tiempo esta producción va disminuyendo hasta agotarse. Y esto lleva a una serie de cambios en todos los órganos donde éstos actúan; como, bochornos, dolores en huesos y articulaciones, depresiones, cambios emocionales, osteoporosis, disminución de la líbido, envejecimiento precoz, atrofia vaginal, incontinencia para orinar, aumento del colesterol malo y disminución del colesterol bueno.

A los 50 años de edad la mujer ha alcanzado la estabilidad emocional, económica y social. Ya crió a sus hijos y dispone de más tiempo libre, es entonces cuando requiere mantener un buen estado de salud, sentirse bien para poder gozar plenamente de esta etapa, es completa como una mariposa.

Pero, ¿todas las mujeres en esta etapa deben tomar hormonas? La respuesta depende de la valoración médica que comprende tres etapas: Evaluar si la mujer realmente necesita hormonas, determinar el tipo de hormonas, dosis y vía de administración y verificar que no exista alguna contraindicación para su uso.

Con una buena atención médica la mujer durante el climaterio debe ser capaz de continuar en excelentes condiciones, con el placer de vivir o de funcionar en la vida diaria. Una mujer es como la mariposa que ha soportado una maravillosa transformación, representando a la fuerza femenina y transportando su polen de un lugar a otro, fertiliza a su alrededor mentes y también al mundo material; ella sigue siendo el centro. La transformación gracias al poder de las hormonas femeninas permite que continúe unida a su naturaleza como una bendición, el placer y la capacidad para continuar sus actividades se favorece y realza por el poder de las hormonas. Sobre todo, hay que recordar que la mejor protección que hay contra todas las enfermedades, es el sentido del humor; «mientras te rías de ti misma irás por buen camino y siempre tendrás el boleto de vuelta». La risa es la clave de la salud.

Susana Bassol Mayagoitia.

Endocrinóloga de la reproducción. Jefa Departamento Salud Reproductiva y profesora de Fisiología de la Facultad de Medicina, Torreón, UA de C.

Fuente: El Siglo del Torreón.