CAROLINA POBLA, es autora de la novela «Geranios en el balcón». Estudió pedagogía en la Universidad de Barcelona y ha estado vinculada al mundo de la danza durante más de treinta años, en el ámbito de la docencia, la coreografía y la realización de espectáculos.

¿Qué te empujó a escribir tu primer libro?

Todo empezó con un sueño tras otro en los que mi abuela me contaba cosas y me despertaba a las horas más intempestivas con instrucciones de no olvidarlas. Y no volví a dormir bien hasta que no decidí levantarme y apuntarlas.

La verdad es que la edad no perdona y después de más de treinta años de dedicación a la danza, llegó un momento en el que tuve que plantearme un cambio de registro. De alguna manera tenía que redirigir toda mi vertiente creativa. Y como siempre me ha gustado, creo que no me quedó más remedio que ponerme a escribir. Ya se encargaba mi abuela de recordármelo

Háblanos del título y de la importancia de los geranios en la novela.

Los geranios son un elemento que se repite a menudo durante la novela como símbolo del bienestar y la felicidad de los protagonistas y de cómo se enfrentan a los golpes y regalos que les ofrece la vida. No tienen una gran importancia en la historia, pero siempre están ahí.

Comentas que te has inspirado en hechos reales, ¿alguna pista?

Tuve la suerte de tener unos abuelos que lo guardaban todo, que tenían una buena memoria y que habían vivido emocionantes aventuras. He podido disponer de mucho material, de diarios, cartas, documentos y muchas fotografías.

Esta novela está inspirada en las cosas que recuerdo de lo que ellos me contaban y que ya debían ser recuerdos seguramente muy adornados para convertirlos en bonitas historias de familia, pero también he imaginado secretos y situaciones de las que nunca se ha hablado pero que se podían deducir entre líneas e imágenes.

El origen de los protagonistas y el camino que los llevó a encontrarse en Barcelona son bastante reales, así como algunas de las vicisitudes que tuvieron que sobrellevar. Pude convivir con ellos hasta los dieciocho años en la misma casa que describo en la novela. Algunos de los personajes secundarios son reales, otros me hacían falta para continuar con una historia que quiere ser un homenaje a la dura vida que tuvieron que vivir.

Las fotografías antiguas hablan y tú has descubierto algunos secretos ocultos en ellas. ¿Nos podrías contar la historia de la foto de la boda de tus abuelos y qué relación tiene con los protagonistas del libro? Sin hacer spoiler, claro.

Las fotografías antiguas hablan alto y claro. Si se es un poco observador es fácil encontrar detalles, gestos, miradas que dicen mucho. En la novela imagino como debió ser la boda de mis abuelos. El vestido que lleva ella, muy distinto al que cabría esperar en esa época, ligero y demasiado fresco para la fecha en la que se suponía que se habían casado, la inexistente sonrisa que se le imaginaría en un día tan feliz, los pocos invitados… Hasta aquí puedo contar.

¿Por qué escogiste este escenario para ambientar la novela?

Porque es el escenario real. Mi abuela nació en Málaga y pasó mucho tiempo en Algeciras antes de llegar a la Barcelona de los años 30. Mi abuelo nació y tenía a toda su familia en Barcelona, y realizó un viaje de estudios por Norte América y Canadá. La casa de mis abuelos estaba en la calle Riera Alta y era tal como la describo en la novela. Las localizaciones fueron relativamente sencillas porque están basadas en lugares reales.

Se ha hablado poco de los españoles que quisieron abrirse camino en Norteamérica. ¿Qué crees que se encontraron? ¿También lo hizo alguno de tus antepasados?

El emigrante, por definición, se enfrenta a una aventura incierta llena de oportunidades. Empezar de cero nunca es sencillo, aunque aquel que lo intenta pocas veces tiene algo que perder. No fue fácil encontrar material para ilustrar este episodio de la novela, porque hay muy poco escrito al respecto. Sobre los pioneros no encontré nada.

Cuando mi abuelo desembarcó en Nueva York ya existía una red importante de ayuda a los compatriotas acabados de llegar. Él estuvo de paso en un viaje de estudios que lo tuvo trabajando muchos meses por Canadá y Estados Unidos. El porqué de su regreso y cómo tomo la decisión, son reales. Las fotos que conservo de esa época, no tienen precio