Seguro que disfrutaréis de la entrevista a cargo de Marina Torné, periodista de 39 y Más al Dr. Carlos Balmori durante el II Fòrum Dona i Menopausa.

El Dr. Carlos Balmori es urólogo y especialista en Medicina Sexual acreditado por la European Union of Medical Specialists (UEMS). Director de la Unidad de Medicina Sexual y de la Unidad de Suelo Pélvico, centro privado de Madrid. Licenciado en Medicina y Cirugía por la Universidad Complutense de Madrid. Máster en Sexología, Terapia Sexual y de Pareja.

Pregunta: Nos ha dicho que el suelo pélvico es como un puente colgante.

Respuesta: Un puente colgante. Que…se hunde: “¡Esto se hunde!”.
 Sí, se hunde el puente. Por eso hay que cuidarlo mucho y mucho antes de que se llegue a esa edad. Pero también hay que cuidar cuerpo, abdomen, cabeza… para que los escalones que existen en la vida, para que los descolgamientos, no sean ni imposibles de resolver, ni traumáticos.

P.¿Las bolas chinas serían una buena propuesta para evitar el hundimiento?

R. Efectivamente. Las bolas, que se pueden llevar mucho tiempo durante el día, serían de una gran utilidad: permiten practicar ejercicios estáticos -me siento, hago contracciones, noto que mantengo la bola, asciendo…

p.¿Bola o bolas?

R. Puedes colocarte una, o dos; bolas más pesadas, o menos… Mantengo la bola durante algunos segundos, suelto… Si la mantengo durante todo el día, entonces hablaríamos de otra función. Esas bolas llevan una bolita más pequeña en su interior que produce una vibración. Esa vibración, por una parte, estimula las paredes vaginales y produce, a veces, un aumento de la vascularización y un aumento de la lubrificación. Lo que también provocan son contracciones espontáneas: al notar algo ahí el suelo pélvico va a contraerse espontáneamente intentando sujetarlo. En este caso, las contracciones se producen a lo largo de todo el día. Pero, claro, al ser un cuerpo extraño se puede dar un exceso de lubrificación. En realidad, el origen de las mal llamadas ‘bolas chinas’ -que no son chinas, son japonesas- se las ponían las geishas para aumentar la lubrificación vaginal antes de las relaciones, sin estímulo, las pobres… Tenían que estar preparadas y dispuestas en cualquier momento.

 P. ¡Ponte las bolas, que voy!

R. Sí. La otra función es la del entrenamiento del suelo pélvico, fundamental para controlar los problemas de incontinencia.

P. Pero, ¿son, de verdad, efectivas?

R. Sí, con constancia. No hay que esperar a tener incontinencia o descolgamiento. Si se empiezan a utilizar cuando aparece algún síntoma, las mujeres no deben desanimarse ya que, para que existan resultados sólidos, el tratamiento debe seguirse durante meses.

P. ¿Algún problema con las bolas más pesadas?

R. Habría que empezar con menos peso y luego ir aumentando, porque podría ser frustrante. Si llevas un peso excesivo no lo puedes sujetar y entonces se cae. Hay que comenzar con bolas de dimensiones y pesos adecuados. Puede colocarse un peso muy grande y que la mujer, por la propia estrechez vaginal, lo sostenga, pero no por la fuerza de sus músculos pélvicos, sino por que su vagina es muy estrecha. Hay bolas con un cordel externo, pero existen otras que llevan una especie de palito que sale al exterior que, estando tumbada o sentada, puedes ver, desde arriba y con comodidad, cómo el palito se contrae, y si asciende o desciende, cuando estás haciendo las contracciones. De esta forma, compruebas si estás controlando la bola a través de tu fuerza pélvica.

P. El ‘Kegel Smart’, nos ayuda.

R. Sí. El aparato lleva un motorcito que provoca una vibración que le indica a la mujer cuándo y cómo deber repetir los ejercicios: más tiempo, más fuerte… Y como que el aparato tiene memoria, detecta la fuerza que estás haciendo y, si percibe que no lo haces bien, te obliga a hacer unos ejercicios más facilitos…

P. Y esto, cada día.

R. Lo ideal es hacer los ejercicios cada día. Si has conseguido llegar al quinto nivel, que es el máximo, entonces puedes ir espaciando la rutina: cada dos días, cada tres… Y si logras mantener la cadencia, con un día a la semana, o lo que tu quieras, pues es fenomenal porque esto significa que tienes tu suelo pélvico entrenado y no precisas de más tiempo. No todas las mujeres tienen que estar haciendo estos ejercicios diariamente.

P. Y ¿qué hay para entrenar a los hombres?

R. En el hombre, las incontinencias son muy raras. Casi exclusivamente son debidas a problemas quirúrgicos: operaciones de cáncer de próstata, de vejiga, cánceres rectales… La edad también puede hacer que se pierda el tono del esfínter y ahí sí que pueden ser útiles los ejercicios. Pero, ¿cuáles son los ejercicios adecuados para el hombre?

P. Sí. ¿Cuáles son?

R. Pueden hacerse los mismos ejercicios que hace la mujer, pero… Para la mujer es más fácil. El aparatito introducido en la vagina ayuda mucho; en el hombre…

P. Introducirse algo en…

R. Al paciente que se le enseñan algunos ejercicios, sí que se le instruye a veces con el dedo, o con un electroestimulador en el ano, para que sepa qué ejercicios tiene que hacer. Pero claro, a lo mejor al hombre le cuesta más aprender… Sobre todo a un hombre mayor. El joven que tiene problemas de incontinencia acepta sin reparos aquello que se le proponga.

P. Y, ante según qué problemas, se toma una Viagra y tan contento.

R. Sí, es verdad, pero también es cierto que, en el hombre, el entrenamiento del suelo pélvico, independientemente de la incontinencia, tiene una actuación fundamental controlando, por ejemplo, la eyaculación precoz. Todos habremos oído hablar del sexo tántrico…

P. Pero… ¿existe?


R. Sí, sí que existe. Y de hecho, dentro de la medicina sexual, trabajo con un equipo de personas que se dedican al tantra de manera seria y profesional, nada de esto del ‘final feliz’. El sexo tántrico viene muy bien y, al fin y al cabo, no es más que un autocontrol del cuerpo. El principal órgano sexual es el cerebro. Se pueden llegar a tener orgasmos sólo a nivel mental. Puedes entrenar el suelo pélvico y ‘forzar’, entre comillas, que tu eyaculación no salga hacia afuera, aunque a mí lo que me interesa es el autocontrol de las propias sensaciones eyaculatorias para el que tenga una eyaculación precoz. En el caso del varón sí que también tiene su utilidad el entrenamiento del suelo pélvico.

P. Todos los pacientes que le consultan ¿tienen realmente un problema?

R. En algún caso, no. Hay un gran número de chicos jóvenes, una cantidad nada despreciable, que se preocupan por tener eyaculación precoz, o disfunción eréctil… porque ellas les exigen demasiado; porque consideran que no tienen el número de erecciones suficientes, que no aguantan bastante…

P. Pobres.

R. Entonces acuden a nosotros pensando que tienen un problema que en realidad no es tal. En las personas mayores es más difícil. En estos casos sí que suele haber un problema real, pero también puede suceder que algunos estén influenciados por cierto tipo de publicidad y vengan a preguntar si lo que les pasa es normal… o no.

P. Eyacular en dos minutos…

R. O tres cuartos de hora…

P. ¡Vaya!

R. ¡Sí, sí! Tres cuartos de hora. Es cierto que a veces el paciente demanda soluciones a problemas que no son tales.

P. Otro problema real, el de las pérdidas de orina. ¿Suprimimos el anuncio?

R. No se puede dar por natural este proceso. Hay que admitirlo y sobrellevarlo, pero se puede cambiar. Es lo que habría que educar. Son soluciones para un momento dado. Si es irresoluble el problema, pues quizás sí que esté indicado pero, si no es así, no sirve para que las mujeres se ‘conformen’ con algo que les puede suceder en determinadas etapas de su vida. Hay diversas soluciones.

El doctor Balmori nos comenta que además de urólogo se dedica a la Medicina Sexual: Como tal, está reconocida en Europa e integra todo lo que tiene que ver con la vida sexual, tanto del hombre como de la mujer. En torno a la menopausia hay mucho tabú. En un foro como éste, el poder dar información sobre esta etapa me parece muy interesante. Lo habéis podido comprobar a lo largo del turno de preguntas: temas que se desconocen, ‘me han dicho’, ‘me cuentan’, o ¿ lo estoy haciendo bien, o no?… Los foros divulgativos son fundamentales para que la gente obtenga información de primera mano. El ‘doctor Google’ está muy bien pero…”

El doctor, al término de su conferencia ‘Suelo pélvico: nuevos aliados y realidades’, nos ha dicho: “Prohibido rendirse. Respira hondo y ¡sigue!”.

Sin duda, haremos los ejercicios de Kegel, con las bolas chinas puestas o con el ‘Kegel Smart’; comeremos sano; utilizaremos cremas (por dentro y por fuera) que nos ayudaran a tener mejor aspecto y a ‘funcionar’ mejor y hasta puede que nos pinchemos algún producto tensor; nos miraremos al espejo cada mañana y nos repetiremos que somos hermosas y afortunadas porque amamos y somos amadas, y que ‘no tengo edad’; vaciaremos nuestro armario para llenar nuestras vidas; aprenderemos a controlar los sofocos durante el sueño (y puede que hasta aprendamos a escoger nuestros sueños); respiraremos hondo y nos dejaremos llevar por aromas que nos devolverán el bienestar; nos relajaremos; haremos ejercicio y cuidaremos, sobre todo, nuestro corazón.

Desfilaremos, sin complejos y cada día, por una pasarela de mujeres reales al compás de la canción “Esta sabiduría, nadie me la va a quitar”. Si como dice la intérprete Nieves Canta: “En cada arruga hay un beso, y en cada mancha ternura”, no hay de qué preocuparse porque, ante todo, yo también “he aprendido a reírme de la cabeza a los pies”.

Fuente: 39 y más