Nos complace compartirla con vosotr@s esta entrevista de  GEMMA TRAMULLAS publicada en la sección GENTE CORRIENTE de EL PERIÓDICO  de Barcelona el 10 de Octubre del 2012.
https://www.elperiodico.com/es/opinion/20121010/montse-roura-es-una-bendicion-no-tener-las-hormonas-tan-disparadas-2222550
Montse Roura: «Es una bendición no tener las hormonas tan disparadas»

La ‘reina’ de la menopausia. Esta volcánica emprendedora expone las consecuencias personales y sociales de la última regla.
–¿Qué hacemos para que los hombres no deserten de esta entrevista a la primera pregunta?
–¿Y por qué iban a desertar?
–Porque esto de la menopausia no va con ellos.

–¡¿Cómo que no va con ellos?! ¡Ellos también tienen que implicarse! Primero, porque es una cuestión de dignidad y respeto, y esto le corresponde al ser humano, a los hombres y a las mujeres; y segundo, porque si nosotras tenemos la menopausia, ellos tienen la andropausia, vulgarmente conocida como pitopausia .
–¡Ahora sí los tiene enganchados !

–Es un proceso distinto, pero también existe. Así como nosotras sufrimos sofocos, insomnio e irritabilidad, la pérdida de potencia sexual es el síntoma más evidente del cambio en los hombres. Tenemos que respetar mutuamente nuestros cambios.
Y pensar que hasta hace pocos años esto era un tema tabú…

–Si cuando era niña me hubieran dicho que algún día vería anuncios de compresas, no lo hubiera creído. Con la menopausia está pasando algo parecido a lo que ocurrió con la regla, que antes era algo impuro que no te permitía ni bañarte. Llegará un momento en que a la gente no le costará decir: «Tengo la menopausia».
–Por lo visto, a usted no le cuesta.

–Con los años he aprendido a decir las cosas abiertamente. Además, estoy luchando por una causa. ¡Quién me hubiera dicho que a los 58 años sería la reina de la menopausia!
A Montse se le juntó el fin de la edad fértil con la crisis y la invisibilidad laboral de las mujeres de 50 años. Tras un bajón, en el 2010 decidió compartir su experiencia y sus investigaciones en www.ellayelabanico.com e invertir sus ahorros en el Fòrum Dona i Menopausa, que se celebra en Barcelona los próximos días 18, 19 y 20.
–A usted la menopausia le dio duro.

–¡Buf! Imagínese, creé un portal de internet… Cada mujer es distinta y yo era un supermercado de síntomas; yo tenía la montsepausia : los sofocos me molestaban, pero lo peor era el insomnio. Me desvelaba el vuelo de una mosca y tenía fritos a los vecinos. Debían pensar…
–«…esta está menopáusica».

–Esta famosa frase se tiene que anular. Cuando se conozcan más los síntomas habrá más respeto.
–La regla, el embarazo, el posparto, la menopausia… ¿La mujer es esclava de sus hormonas?

–Un poco sí.
–¿Y? ¿Lo aceptamos y ya?

–La menopausia te da sabiduría. Cuando eres joven luchas contra las cosas y con la edad aprendes a aceptarlas y a ver qué haces con lo que tienes. Lo importante es conocer las herramientas para que los síntomas no alteren demasiado tu calidad de vida. La menopausia no es una enfermedad, es una etapa más de la vida.
–«A partir de los 50 años, cara o culo», dice el refranero femenino.

–Y tiene toda la razón. Al principio, cuando te miras desnuda en el espejo y ves que tu cuerpo ha cambiado, te sorprendes y desearías que se hubieran inventado los trajes de baño tipo buzo para que no se vieran ni la barriguita, ni los michelines, ni la celulitis. Todo cambio sorprende, pero poco a poco te vas sintiendo a gusto contigo misma y lo aceptas.
–En Sexo en Nueva York el personaje de Samantha dice: «Me dirijo a la menopausia cargada con vitaminas, estrógeno, crema de progesterona, un poco de testosterona…»

–Esa serie es irreal.
Dése una vuelta por la zona alta de Barcelona y verá.

–Ese canon de belleza es una tiranía. El Fòrum se inaugura con un desfile de mujeres reales porque reivindicamos que la mujer madura es guapa con arrugas, con michelines y con talla XL. Lo que te mantiene es alimentarte bien, hacer ejercicio y tener la mente ocupada.
–¿Y el sexo?

–Siempre me preguntan si con la menopausia se pierde el deseo. Depende. Hay mujeres que, al dejar de ser fértiles, lo recuperan y otras lo pierden. Pero pretender sentir el mismo deseo que a los 20 años es absurdo. El deseo se modifica con los años, y menos mal. ¡Imagínese a esta edad y con las hormonas de los 20! ¡Madre mía! Para mí es una bendición no tener las hormonas tan disparadas.

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