El esqueleto es un órgano vivo y dinámico que se automantiene y se autorenueva continuamente. La regeneración del tejido óseo se activa a través de movimientos que le someten a una presión determinada.
El estrés de la vida actual, la posición sentada durante el trabajo, en el coche, en los medios de transporte, nos aleja cada vez más de una vida natural donde el movimiento dinámico juega un papel primordial. Nos movemos cada vez menos. Cada vez son más las personas que sufren de osteoporosis.
La osteoporosis es una enfermedad crónica que genera una pérdida gradual de tejido óseo. La calidad y resistencia del hueso disminuye, nos predispone a fracturas y deforma nuestra columna vertebral. Asimismo, esta patología aumenta las curvas cervical y lumbar y provoca cifosis en toda la parte dorsal.
Esta enfermedad existe probablemente desde que existe el ser humano. Sin embargo, cada vez se oye hablar más de ella. Por un lado, han surgido investigaciones y avances que facilitan su diagnostico, por otro lado, el aumento de la longevidad de la vida y el estilo de vida actual generan complicaciones propias a esta enfermedad como las fracturas de cadera, columna lumbar y muñeca.
La mejor curación de la osteoporosis es prevención y dentro de ella el ejercicio físico.
Se aconseja caminar al menos 45’ al día, y seguir de forma semanal clases de movimiento. Son muchas las opciones a nuestro alcance, entre las que destaca una metodología muy especializada, muy eficaz, que curiosamente, aun es poco conocida en nuestro país.
Bones for life® (Huesos para la vida)es un programa de movimientos elaborado especifícamente para la osteoporosis.
A partir de los años 1990, Ruthy Alon ( alumna directa de Moshe Feldenkrais) se dedicó a desarrollar secuencias de movimientos dirigidas a personas que sufren de osteopenia u osteoporosis. La eficacia y la pertinencia de los ejercicios han hecho que este programa sea conocido a nivel internacional.
El Método Feldenkrais® y el programa Bones for life® proceden de la misma forma. En ambos casos, se trata de una reflexión sobre el movimiento y una toma de conciencia de si mism@: ¿Cómo actuamos? ¿Cómo cambiar y escapar de los malos hábitos? ¿Cómo sentirse más cómod@, ágil y liger@? ¿Cómo sentirse en armonía consigo mism@?>
La respuesta es sencilla: “explorando” diferentes opciones y al mismo tiempo enriqueciendo el abanico de nuestros movimientos. La profesora dirige a los alumnos a través de sesiones que solicitan el sistema propioceptivo y despiertan en el cerebro posibilidades inutilizadas.
Al contrario del Método Feldenkrais®, Bones for life® se centra en transmitir al cuerpo la fuerza de gravedad. Nuestra relación con el suelo está presente en la mayoría de nuestras acciones cotidianas: caminar, correr, saltar, rebotar, bailar. Por esta razón, una parte importante de las clases se realizan de pie, desarrollando la idea de una postura bien alineada sin compresión articular, para que pueda transmitir la fuerza del suelo. El alineamiento de la columna vertebral es el tema más importante del programa. Genera un fortalecimiento del sistema óseo, mejora la circulación sanguínea, la persona se siente más dinámica y positiva.
Los huesos se nutren gracias al movimiento: por una parte, este ayuda a limpiar los tejidos de las células muertas, y por otra hace circular la sangre cargada de nutrientes y de oxígeno para llevarla hasta el interior del hueso.
Para tener una buena salud, el hueso debe confrontarse a la gravedad. Es una ley biológica: cuanto menos nos movemos, menos ganas de movernos tenemos. Es un círculo vicioso. El precio a pagar por esta actitud será una perdida de la masa ósea.
El programa se apoya sobre la práctica de movimientos dinámicos, rítmicos o vibratorios que revitalizan el organismo, alinean la postura y refuerzan la estructura ósea. Ruthy afirma: “ Los huesos fuertes se construyen enfrentándose dinámicamente a la gravedad”.
La clave del programa es el movimiento natural que estimula la fabricación del hueso. Se caracteriza por:
– Presiones rítmicas que permiten a la fuerza rebotar de pie a cabeza según un efecto dominó, similar a cuando caminamos.
– Configuraciones de movimientos de la evolución de la especie que han sido eficaces y económicos para nuestros gestos.
– La interacción de las diferentes partes del cuerpo de forma proporcional y armónica.
En resumen, vale la pena adentrarse en esta práctica siempre que deseemos o necesitemos mejorar o mantener nuestra postura, realizar con facilidad las tareas diarias, sentirnos bien. Tod@s necesitamos un columna fuerte y ágil a la vez, aún más en caso de osteopenia o osteoporosis.
Monique van der Vorst.
www.feldenkraisbarcelona.com
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