Mireia Grossman nos informa sobre los síntomas de alerta  en el Útero y la Vagina del suelo pélvico que debemos de  tener en cuenta, como son las:

1-Cándidas e infecciones que producen picor,  dolor, escozor, flujo con un olor o una textura diferente…

La vagina es una cavidad “virtual”. En su estado habitual las paredes de la vagina se tocan entre ellas, es decir, no hay espacio libre; no hay oxígeno en su interior. La vagina sólo debería abrirse en estados hormonales muy concretos (relación sexual, menstruación…). En el interior de la vagina vive el bacilo de Döderlein, que es un aliado. Su función es de defensa. Nos protege de microorganismos patógenos externos. Los bacilos de Döderlein viven en un medio sin oxígeno. Cuando el suelo pélvico se debilita una posible consecuencia es la abertura vaginal. La vagina se abre y entra oxígeno, y la población de bacilos de defensa disminuye. Cándidas, infecciones… son síntomas que el sistema de defensa de la zona está fallando. Es momento de tonificar el suelo pélvico.

 2-Prolapsos:Sensación de pesadez en el bajo vientre, sensación de “algo” dentro de la vagina, dolor en las relaciones sexuales…

El prolapso es una de las patologías más desconocidas, y, paradójicamente, una de las más extendidas.

Prolapso es el descenso de un órgano o una víscera. Por un cambio hormonal, un exceso de presión o por otros motivos, los ligamentos se estiran demasiado y se relajan, y la estructura que sujetan empieza a resbalar de su sitio. En el suelo pélvico, tanto la vejiga, como el útero pueden resbalar de su sitio original y descender por la vagina. En los casos más extremos el prolapso puede llegar al exterior.

El prolapso es el más silencioso, el más traidor. El problema es que los síntomas tienden a aparecer cuando el prolapso ya está avanzado y la rehabilitación tiene que ser quirúrgica.

La parte positiva es el hecho que los prolapsos aparecen lentamente, la víscera va bajando poco a poco, siendo empujada por la presión intraabdominal diaria. Eso significa que con una detección precoz, es posible pararlo y hasta recuperarlo. Trabajando postura y reeducando el suelo pélvico podemos suprimir la presión y reforzar el tono muscular de base. Hablaremos de postura más adelante.

3-Gases vaginales: cuando la vagina está abierta a menudo se producen expulsiones de aire, con o sin sonido.                                     MIREIA GROSSMAN
Mireia Grossmann i Camps

Osteópata,Fisioterapeuta especializada en reeducación abdómino-pelviana

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DIBUJOS : Laura de Castellet