Cientos de mujeres jóvenes, muchas de ellas todavía unas niñas, dejaron los pueblos de la Sierra de Albarracín durante los años de la posguerra para ir a servir a familias adineradas que vivían en las ciudades grandes. Algunas de ellas regresaron años más tarde al medio rural turolense, pero otras muchas se afincaron para siempre en su lugar de trabajo en busca de nuevas perspectivas vitales y culturales.
Un libro, ‘Internas y sirvientas (1940-1975) de la Sierra de Albarracín’ arroja luz sobre el sacrificio que realizaron estas jóvenes para poder enviar dinero a sus familias en una época de carestía o, cuando menos, dejar de ser en su casa una boca más que alimentar. La obra, escrita por ocho autores y coordinada por Carmen Martínez Samper.
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Fuente: Periódico El Heraldo
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