La salvia (Salvia officinalis) es una planta herbácea de la familia de las labiadas. El tallo de la salvia es leñoso y sus hojas, lanceoladas. Las hojas son ricas en aceites esenciales (1-3%) y, en su composición, también encontramos sustancias estrogénicas, flavonoides, taninos y ácidos fenólicos. Las flores de salvia, de color azul con matices violáceos, se pueden ver durante el verano en las llanuras áridas de Cataluña, la Comunidad Valenciana, Aragón y Castilla.
La salvia siempre ha estado relacionada con la salud, su propio nombre lo indica, ya que salvia viene del latin “salvare” que significa “curar”. Las propiedades medicinales de la salvia son conocidas desde la antigüedad. Para la Grecia antigua la salvia era una planta sagrada, Dioscórides ya nos habla del poder curativo de las hojas de salvia en su De Materia Medica (siglo I). En medicina natural, la salvia se emplea especialmente por sus propiedades como tónico nervioso, antiespasmódico, digestivo, estrogénico, antioxidante, tónico amargo y antiséptico. Pero detengámonos un momento para explicar más ampliamente algunas de las principales virtudes de esta planta.
La salvia en la mujer
La salvia es un tónico del aparato reproductor femenino. Está especialmente recomendada en menstruaciones escasas, retrasadas o en ausencia de las mismas, así como para paliar los efectos de los calambres menstruales. Tiene un efecto estrogénico, excelente para los problemas de la menopausia, en especial los sofocos, sudores nocturnos, golpes de calor, vértigos, dolores de cabeza…… síntomas todos que acompañan esta época de la mujer. Detiene el flujo de leche materna por lo que puede ser de valiosa ayuda en el destete. Precisamente por sus propiedades estrogénicas, la salvia no debe utilizarse durante el embarazo y la lactancia.
La salvia en la digestión
La salvia favorece el flujo de enzimas digestivas. Su aceite esencial y los principios amargos tienen un efecto sobre los músculos del aparato digestivo, estimulando el apetito y mejorando las digestiones. Es carminativa (ayuda a la expulsión de gases) y colérica (estimula la secreción de bilis, descongestiona el hígado y facilita la digestión).
Y además…
- La salvia tiene una acción hipoglucemiante (reduce los niveles de glucosa en la sangre).
- Es una planta tónica y estimulante, pero no desvela como el café.
- También es un buen tonificante del sistema nervioso. Se recomienda en estados depresivos y astenias.
- La salvia es un poderoso antioxidante que ayuda a retrasar el proceso de envejecimiento, reduciendo los efectos de los radicales libres.
- Por su gran aroma y sabor, es muy utilizada como planta culinaria.
- La salvia fortalece el sistema inmunitario y ayuda a prevenir infecciones y problemas inmunológicos. Es un antiséptico (destruye los microbios causantes de las infecciones).
- En uso externo, las hojas de salvia son un excelente vulnerario. Muy útil para lavado de llagas, úlceras y vahos en casos de sinusitis.
- La salvia también es empleada en forma de gargarismos para tratar afecciones de la boca y la faringe: alivia la inflamación de las encías, la amigdalitis o la faringitis, calma las irritaciones en el cuello, y es un buen blanqueador dental.
Como reconocimiento a las propiedades de la salvia, recogemos esta sentencia de la Escuela de Salerno (siglo XIII):“Cur moriatur homo cui salvia crescit in horto?”, es decir, “¿De qué podrá morir el hombre que tiene salvia en el huerto?”.
Herbolario
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