¿Os habéis planteado qué tipo de desodorante es mejor? Y no me refiero a si es de espray, de barra o de crema, sino a su composición. Porque no todos son iguales…¡vamos a verlo!

 Un desodorante debe anular el olor corporal, pero tiene que permitir el proceso natural de transpiración. Necesitamos sudar para eliminar toxinas y para que nuestro cuerpo mantenga una temperatura adecuada. Sudamos como respuesta a una temperatura elevada, al ejercicio físico o como resultado de alteraciones emocionales. El sudor se genera en las glándulas sudoríparas y se compone de agua, toxinas y sustancias que el cuerpo necesita desechar.

El sudor huele mal cuando entra en contacto con las bacterias de la piel, y los desodorantes nos sirven para neutralizar ese olor corporal desagradable y sentirnos limpias. Sin embargo, es importante saber que no debemos usar cualquier tipo de desodorante.

Muchos desodorantes de uso muy extendido contienen ingredientes tóxicos y nocivos, Es preciso huir de ingredientes como el clorhidrato de aluminio, el butano, el isobutano y optar por ingredientes procedentes de ingredientes naturales. El aluminio se utiliza como ingrediente en los desodorantes convencionales para conseguir un efecto antitranspirante. Se encuentra en forma de clorhidrato de aluminio, y lo que hace es inhibir el exceso de sudor, evita la eliminación de sustancias tóxicas a través de las axilas. El objetivo es muy claro y realmente es eficiente, pero con consecuencias para la salud, porque lo que realmente se consigue es asfixiar la piel, se taponan las glándulas sudoríparas, lo que favorece la aparición de trastornos cutáneos y otros problemas de salud más graves. Un exceso de este metal en el cuerpo puede originar enfermedades degenerativas del sistema nervioso. Su absorción se produce tanto por vía oral como través de la piel.

 Los desodorantes naturales utilizan diversos principios activos e ingredientes aromáticos que neutralizan el olor corporal sin bloquear los poros de la piel. La salvia, por ejemplo, es ligeramente astringente y se utiliza para controlar la transpiración, el aceite de árbol de té, tiene efecto antibacteriano y ayuda a combatir el olor de la transpiración, la camomila, que parece que huele a limpio, como la lavanda, el aloe vera, que refresca y calma la piel de las axilas, el tomillo, que es antimicrobiano, la menta, que es refrescante…

Las que tengáis edad para ello, quizás recordéis a vuestro padre o abuelo que después de afeitarse con cuchilla, pasaban por la cara una piedra transparente. Ese cristal mineral, también llamado piedra de alumbre, también es el desodorante más antiguo. Tiene efecto astringente y desinfectante, y se aplica sobre las axilas húmedas tras la ducha o bien humedeciendo el cristal antes de aplicarlo. Y también resulta ideal para después de la depilación, para prevenir que se infecten los poros irritados.

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PilarBenitezPilar Benitez.
Experta en nutrición energética, cocina terapéutica y hábitos saludables para la mujeres.
Autora de los libros “¡Siéntete radiante!» “Mujeres Agotadas y cómo dejar de serlo”
www.sienteteradiante.com