Empieza mi colaboración en esta web dedicada a la salud de la mujer y, con mucha ilusión, os presento mi sección Mi cuerpo y yo.

 Me propongo hablaros de diferentes temas desde el punto de vista de la salud natural, basándome en la escucha de nuestro cuerpo y en el aprendizaje de sencillos gestos y masajes en rostro y cuerpo, con el fin de acelerar nuestra capacidad para recuperar nuestra salud.

s de 22 años de trabajo en reflexología podal, más de 13 dedicados a la reflexología facial, y mis estudios de Medicina Tradicional China, nos acompañarán a lo largo de esta sección.

En esta primera entrega os quiero hablar de un tema que no siempre tenemos en cuenta y que para mí es primordial: muchas veces las cicatrices pueden marcar una gran diferencia en nuestros estados de salud y en nuestra capacidad para recuperarnos.

Cicatrices, quemaduras, piercings, tatuajes… Improntas de nuestro paso por la vida que nos representan y moldean. Pero, cuando se corta, se quema o se perfora nuestra piel, se rompe la unidad energética de nuestro cuerpo, lo que implica una fuga de energía que acaba por interferir en nuestra salud.

¿Quién no ha sentido después de una operación o accidente la sensación de que la propia cicatriz limita nuestros movimientos? O cómo, sin darnos cuenta, constatamos que hemos perdido o modificado la sensibilidad en la zona. Esto llevado al terreno de lo puramente físico.

¿Ves tu cuerpo con otros ojos ahora que tienes una cicatriz?

¿Te incomoda?

¿Te nace una emoción al verla, al tocarla, de hecho no puedes hacerlo o, incluso, te genera angustia, rechazo, grima, desprecio…?

No hay más opción que aceptar el reto de integrar algo externo como propio. Algo feo, limitante, hiriente e, incluso, traumático para el resto de nuestros días. Y no siempre es fácil.

¿Puede una cicatriz afectar a nuestra salud?

A nivel energético, la ubicación de las cicatrices en nuestro cuerpo también puede ser un problema añadido para nuestra perfecta recuperación. Su emplazamiento puede darnos pistas del tipo de problemas que podremos tener. Me explico:

Uno de los grandes pilares de la medicina tradicional china –MTC– son los meridianos. Se trata de una red de canales energéticos que recorren y cubren todo el cuerpo. Con distintas técnicas, podemos regular nuestra salud manteniendo la circulación de nuestra energía vital por estas vías. Son varias las terapias que se basan en este principio: acupuntura, shiatsu, digitopuntura… Al trabajar sobre ellas, conseguimos que nuestra salud esté en plena expresión y podamos disfrutar de una vida sana.

 Como soy muy curiosa, hace unos años me pregunté sobre la repercusión de los cortes en estos canales. El emplazamiento de cada una de nuestras cicatrices podría estar distorsionando uno o varios meridianos lo que implicaría que, más tarde o más temprano, podríamos empezar a sufrir pequeños problemas de salud, al principio, sin mucha importancia, pero que un día podrían llegar a ser mucho más evidentes.

No hay aprendizaje más real que el que sentimos en nuestro propio cuerpo. Así, yo también tuve mi gran cicatriz, mi gran maestra. A los 18 años estuve a punto sufrir la amputación de mi pierna izquierda debido a una cangrena. Durante años tuve una relación conflictiva con esta parte de mi cuerpo. En 2010, con más de 5 años de experiencia acumulada en multirreflexología Dien Chan, traté mi cicatriz por primera vez.

Descubrí como liberar la cicatriz con gestos sencillos y suaves y, de esta manera, pude sanar el cuerpo físico, el energético y, también, el cuerpo emocional, de una manera profunda y definitiva

Era toda una aventura intentar recuperar esta parte de mi cuerpo y dejar de sufrir molestias, dolor e incluso emociones violentas cuando alguien me la tocaba. Con la ayuda de los rodillos que utilizo en la reflexología facial, me diseñé un protocolo suave, no invasivo y sin usar agujas. Logré despertar mi cuerpo físico, recuperando sensibilidades perdidas, reduciendo queloides y regulando térmicamente la cicatriz. Las emociones brotaban en cada sesión y,poco a poco, empecé a comprender muchas de mis reacciones y actos de los últimos 25 años de mi vida.

Desde el punto de vista energético, al tratar las cicatrices, las interferencias creadas por ellas sobre nuestros meridianos se disipan, logrando la normalidad de las funciones correspondientes.

La liberación de la memoria celular llega después de atender al cuerpo físico y al energético. La escucha de nuestro cuerpo más sutil permite a las improntas de nuestras cicatrices soltar el impacto emocional y proceder a la sanación.

Empecé a rolar cicatrices ajenas, y los resultados eran cada vez más reveladores. Despuésde 8 años de investigación, ahora llega el momento de compartir y divulgar este método sencillo: mi nuevo proyecto «Liberar Cicatrices». Y lo hago coincidir con el inicio de esta nueva aventura con todas vosotras.

Todos somos seres únicos y debemos recuperar esta unidad.

Todo es Uno y Uno es Todo.

Anna Roca

Reflexoterapeuta facial

 

 

 

www.annarocaterapeuta.com