Nunca me había llamado la atención el arte marcial, y nunca me habría imaginado que la menopausia me convertiría en una guerrera. Pero al notar que la regla me llegaba con menos frecuencia, que enrojecía en la cara y el cuello, que sudaba más de lo normal, que no conseguía conciliar el sueño y luego me despertaba dos veces cada noche… algo tenía que hacer para aliviar los síntomas de la menopausia y lo conseguí convirtiendo el abanico en mi mejor aliado y consiguiendo por fin el cinturón negro en kárate.

Con el cambio en el periodo me di cuenta de lo que era realmente la menopausia. Si bien la regla me llegaba cada 28 días normalmente, ahora tardaba muchos días en aparecer. Pero me dije a mí misma que es importante tomarse con humor todos estos cambios pues, al fin y al cabo, indican que de aquí a 1-3 años la regla no volverá. ¡Adiós, compresas!

Otros síntomas de la menopausia son los sofocos, los calores súbitos… el otoño se convirtió para mí en verano y el invierno fue una nueva primavera. Pero el abanico añade estilo y no hay nada que el aire acondicionado no pueda solucionar.

Notaba estos calores en la parte superior del cuerpo, al enrojecer en la cara y cuello. Sudaba mucho y luego la evaporación del sudor me daba escalofríos. Pero son síntomas muy normales y por lo menos tenemos el consuelo de que sucede a todas las mujeres durante la menopausia.

¡Ni qué decir de los escapes de orina al reír, hacer ejercicio o estornudar y toser durante aquel invierno! El dolor de pecho y el cansancio también son síntomas de la menopausia muy habituales pero fui venciendo cada síntoma poco a poco y gracias al kárate.

Cada tarde al llegar a casa después del trabajo me ponía la chaqueta y el pantalón blanco, y un cinturón que comenzó siendo blanco pero que con mucho esfuerzo y empeño lo fui sustituyendo hasta conseguir el negro.

¿Qué aprendí de este deporte? Que el ejercicio  es la solución a un cambio tan normal en todas las mujeres como la experiencia de los síntomas de la menopausia. Y que aprender a defenderse ayuda a tener más confianza.

A medida que fui dominando los bloqueos, los golpes, las esquivas y los contraataques, me fui dando cuenta de que la menopausia me había convertido en una persona fuerte y luchadora.

De hecho, lo importante para aliviar los síntomas es hacer ejercicio de manera regular. Y también hay otras alternativas, pues el ginecólogo puede aconsejar el tratamiento más indicado y también es importante comer equilibradamente y sobre todo apostar por alimentos como brócoli, soja, manzanas, plátanos, repollo y nueces, además de beber infusiones o té. A mí me ayudó reducir el consumo de grasas, café, alcohol y tabaco.

¿Qué más puede hacer una mujer ante los síntomas de la menopausia?
Tomarse los cambios con mucho humor y optimismo porque pueden ser muy molestos, pero sabemos que prácticamente todas las mujeres notamos algunos de los síntomas más característicos y, si recordamos que nuestra felicidad no depende de qué nos suceda sino de cómo lo interpretamos, podremos encontrar la fórmula secreta para sentirnos mejor.

Yo encontré mi solución practicando kárate. Me devolvió mi fuerza muscular, me ayudó a afrontar los síntomas con una actitud muy positiva y con él fortalecí mis huesos.