¿A qué mujer no le gusta sentirse guapa y radiante?

Hace más de 25 años que me dedico a la apasionante labor de la medicina estética. Desde entonces hasta ahora las técnicas y los productos que utilizamos han evolucionado enormemente, hasta el punto en que tratamientos que antes eran impensables son hoy una realidad habitual en nuestras consultas.

Lo que no ha cambiado es la ilusión de sentirse bien con la propia imagen. Da igual la edad, lo importante no es aparentar muchos menos años lo importante es estar bien a cualquier edad, 20, 30, 40, 50, 60, 70, 80… No hay límite para verse bien, natural y a gusto con nuestro aspecto.

Hace unos días vino a verme por primera vez una mujer de 82 años para suavizar las líneas de la comisura. No me pedía parecer 10 años más joven, me pedía verse mejor ya que volvía a ser abuela y quería tener un buen aspecto cuando naciera su nuevo nieto, ¡y ya es bisabuela!

Este ejemplo ilustra la esencia de mi trabajo, aportando seguridad en la propia imagen, para sentirse más radiante, más segura contigo misma y reflejar la luz que sólo la felicidad te puede dar, y que es la que verdaderamente nos hace hermosas y atractivas ante la persona más especial de tu vida: tú misma.

¿Cuáles son las preguntas que la mayoría de mujeres se realizan en torno a este tema?

¿Qué sucede en el rostro cuando llega la menopausia y el proceso de envejecimiento se acelera?

¿Cómo podemos mejorar de forma natural el rostro para que el proceso de envejecimiento sea más suave?

¿Cuáles son los mejores métodos?, ¿son seguros/peligrosos?

Si me hago un retoque ¿se me deformará el rostro?

¿Es verdad que el ácido hialurónico deja los labios “de pato” o el rostro de “muñeca”?

¿Cambiará mi expresión?, ¿son tratamientos reversibles?

¿Cuándo es conveniente empezar a cuidarme?, ¿es mejor esperar al último momento o es mejor comenzar ante la aparición de los primeros signos?

¿Que nos sucede para envejezcamos con los años? Muy resumidamente, los cambios que más se aprecian aparecen en la estructura ósea de la cara, la perdida de grasa facial y de elasticidad de nuestra piel. A esto se le suma por otro lado la aparición de algunas manchas y todo junto hace que nuestro rostro cambie y especialmente adquiera un aspecto oscuro, cansado y triste.

El proceso de envejecimiento de nuestro cuerpo y del rostro en particular empezó años antes de iniciarse la menopausia. Cuando los cambios hormonales que acompañan la menopausia se presentan, los cambios se aceleran y evolucionan más rápidamente.

Como cambios más importantes en el rostro podemos señalar:

  • la pérdida de masa ósea en los huesos de pómulo y mandíbula
  • la pérdida de grasa de pómulo y mejilla, que disminuye en el rostro para empeñarse en crecer en abdomen y caderas.
  • La pérdida de elasticidad de la piel que dejará de sujetar con eficacia las estructuras faciales provocando el descolgamiento del rostro y empezaran a aparecer finas arruguitas en la superficie de la piel.
  • La acumulación de horas de sol en la piel junto con una predisposición natural hará que en la piel aparezcan manchas que la ensombrecerán y avejentaran el rostro.

¿Cómo se manifiestan en el rostro todos estos cambios anatómicos?

Pómulos y mejillas. Rictus y comisura.

La perdida de hueso y grasa en el pómulo hace que el rostro pierda la sujeción que este provoca dejando vacía esta zona y permitiendo que el rostro caiga por efecto de la gravedad.

Cuando somos niños nuestro rostro es redondo, durante la juventud la estructura se convierte en un triangulo de base superior bien sujeto por los pómulos.

A medida que vamos envejeciendo y los procesos que antes hemos descrito van apareciendo en nuestro rostro, los pómulos y mejillas se vacían, la base del triangulo que era superior va cambiando para convertirse en una base inferior dando al rostro el aspecto de triste. Que no tiene por que corresponderse con la realidad.

Al caer la piel sobre unos ligamentos que sujetan el rostro y que están entre la nariz y la comisura de la boca van apareciendo o aumentan las líneas oscuras que llamamos rictus y comisura también conocida como rictus de la amargura.

Por otro lado, los labios, fuente de besos y palabras dulces que expresan nuestros sentimientos. Uno de los puntos de belleza mas importantes del rostro puesto que es uno de los primeros que vemos cuando miramos un rostro.

Los diferentes procesos que hemos explicado anteriormente lo rodean de pequeñas lineas y lo hacen más fino y menos turgente, dando al rostro un aspecto envejecido.

Esta es la zona del rostro que primero me gusta tratar (si es que aparece), recuperando la forma natural que la persona tenía anteriormente y sin que se note el tratamiento que se ha realizado.

El entrecejo y el contorno de los ojos

El continuo movimiento involuntario de estas zonas, marca en nuestra piel unos surcos entre los ojos que expresan preocupación o enfado constante. Sentimientos que habitualmente no son los que mis pacientes sienten y que les molestan cuando aparecen.

De tanto que nos reímos las lineas se van marcando, y las arruguitas de reír son bonitas hasta cierto punto, cuando empiezan a convertirse en lineas que llegan hasta la sien o media cara y ensombrecen en lugar de realzar la risa quizás ha llegado el momento de suavizarlas.

La piel con los años, la exposición solar, el estrés… va perdiendo la elasticidad y esto se manifiesta como una piel más fina, seca y llena de arruguitas y también con manchas que ensombrecen y avejentan el rostro.

¿Cómo podemos mejorar de forma natural el rostro para que el proceso de envejecimiento sea mas suave?

Como decía al principio actualmente disponemos de técnicas y productos impensables hace unos años y que nos permiten conseguir unos resultados muy buenos naturales y seguros.

Los productos que más utilizo por su seguridad y eficacia son el ácido hialurónico y la toxina botulínica.

Antes de seguir recalcar que:

  • la toxina botulínica, la primera y mas conocida de las cuales es el Bótox, que tantos litros de tinta virtual e impresa ha hecho correr! NO PARALIZA LA CARA NI LA EXPRESIÓN, que utilizada en las dosis adecuadas y en los lugares precisos, da al rostro un aspecto relajado y natural como al volver de vacaciones, que ningún otro tratamiento puede conseguir. Es único e insustituible en determinado tipo de arrugas como mas adelante explicare.
  • El ácido hialurónico, la sustancia de relleno más segura utilizada NO HINCHA LOS LABIOS NI LOS DEJA DE PATO. Tampoco hincha los pómulos para dejarlos deformes o de muñeca. Es una sustancia natural que todos tenemos en gran cantidad en nuestro cuerpo y que la industria farmacéutica ha preparado para poderla inyectar dentro de los tejidos para hidratarlos de forma muy profunda y con una duración determinada dependiendo de las características del producto utilizado o el efecto que deseemos conseguir.

¿Qué diferencia hay entre toxina botulínica y ácido hialurónico? Es una pregunta que me formulan habitualmente y los dos productos no pueden ser más diferentes ni tener funciones mas dispares.

La toxina botulínica relaja la musculatura y esta por ello indicada en las arrugas que se forman por el movimiento como las del entrecejo o las de la pata de gallo. La sustancia en si es una proteína natural que segrega una bacteria llamada clostridium botulinicum y que tiene la capacidad de relajar temporalmente las fibras musculares. Siempre y en todos los casos la actividad muscular se restablece pasados unos meses, entre tres y seis aproximadamente y depende de cada persona.

El ácido hialurónico es un azúcar que forma parte integrante de nuestros tejidos y tiene como función retener agua e hidratar los tejidos, es como una esponja interna. Se utiliza siempre que queramos hidratar y dar volumen a un tejido como por ejemplo los pómulos, los labios o el rictus. Como es una sustancia natural del cuerpo este lo puede eliminar sin problemas. Se inyecta dentro de los tejidos a los que queremos mejorar y por un efecto mecánico aporta hidratacion profunda que hace que el tejido coja la tersura y el volumen que deseamos. Hay varias texturas de HA mas fuertes para utilizarlos en zonas mas fuertes como el pómulo y que duran mas tiempo un año o año y medio otros de densidad media que son los que utilizamos para el rictus y la comisura, que duran aproximadamente entre seis y ocho meses y otros muy suaves para aplicarlos en las lineas mas sutiles como las de los labios o las mas superficiales de la piel que hidratan la superficie de la pie para que se vea uniforme, turgente e hidratada. Estos al ser más suaves requieren una reposición mas frecuente cada tres o cuatro meses.

Podreis escuchar a la  Dra Nuria Escoda en la conferéncia : Suaviza tus rasgos con naturalidad y seguridad” en el II Fòrum Dona i Menopausa que se celebrará  el 16, 17 y 18 de Octubre en Barcelona
clicar aqui para ver el PROGRAMA

 Dra Nuria EscodaNuriaEscoda

 Medicina estética y rejuvenecimiento

Centro Medicina Estética Dra. Escoda