En el 2012 la revista Para Tí, entrevisto a Montse Roura con motivo del Forum Mujer y Menopausia de Buenos Aires.
Da gusto ver como hemos crecido y que ya vamos por el IX FORUM MUJER Y MENOPAUSIA
por P SILVINA DELL ´ ISOLA
Montse Roura. Catalana, de 57 años, creó ella y el abanico, una página web, y un ciclo de charlas sobre menopausia que es un éxito en España y que acaba de realizarse también en nuestro país( Argentina).
Lo ideó tras sentirse “un supermercado de síntomas” y no encontrar información precisa sobre lo que estaba atravesando y sufriendo. “Cuando la menopausia sea más conocida, su mala fama desaparecerá”, asegura en diálogo con Para Ti. Además, el consejo de los especialistas y productos para verte y sentirte mejor en esta particular etapa de la vida.
De muy joven, la catalana Montse Roura quería dedicarse a la decoración. Pero como le tocó crecer en la opresiva España del Generalísimo Franco, no le quedó otra alternativa que tomar el camino más largo: se sometió a la estricta disciplina de un colegio de monjas, estudió Económicas –como le dijo su padre– y tuvo que esperar todavía unos cuantos años más para “patear el tablero” y hacer las cosas a su gusto y elección.
Ocurrió cuando se mudó a París (también vivió en Brasil y Nueva York, y actualmente alterna entre Barcelona y Buenos Aires), donde se alejó de los números para volcarse al arte, la fotografía y la comunicación. “Sobre todo, me dediqué a emprender… Es la ‘profesión’ que mejor me define”, asegura esta mujer de 57 años y sin ningún problema para “confesarlo”. “¡Qué va, yo siempre digo que cuando uno se siente bien y a gusto, no tiene por qué ocultar la edad!”, exclama.
Ella –soltera y sin hijos, con mucha experiencia en convivencias, pero sin haber firmado nunca un acta matrimonial: “no creo mucho en eso de pasar por la iglesia o los juzgados”, asevera– ha sabido sobrellevar con recursos y actitud positiva situaciones en las que otra persona vería sólo obstáculos.
Su último proyecto –el de mayor repercusión– es un ejemplo: Montse Roura abrió su propia página en Internet titulada ella y el abanico, totalmente dedicada a su experiencia con la menopausia, y creó El Salón de la menopausia, una serie de encuentros sobre la temática cuya primera edición acaba de realizarse en Buenos Aires –con lleno total– en el Centro Cultural San Martín. Fue un proyecto que nació en el contexto de una gran crisis en su país, a tono con su propia crisis personal. Y así lo explica: “Ella y el abanico surge de mi propia menopausia. Simplemente no encontré toda la información que necesitaba y empecé a buscarla por mi cuenta. Entraba a Internet, me iba a las herboristerías a mirar, investigaba todos los cursillos que había, y fue justamente durante esa búsqueda cuando me di cuenta de que había un hueco que era necesario suplir. No era sólo yo la que no tenía información, sino que muchas mujeres estaban en el mismo proceso”.
En abril de 2010 organizó en Barcelona el 1º Salón de la Menopausia, que convocó a más de dos mil asistentes. “Lo anuncié a través de mi página web, que era más que nada un blog con algunos detalles sobre los temas que se iban a desarrollar y cómo llegar al encuentro. Pero fue tanta la difusión y repercusión en los medios que el 18 de octubre, que es el Día Mundial de la Menopausia, nació oficialmente el portal ella y el abanico, Así que de ser algo informativo sobre un evento puntual pasó a tener artículos, ilustraciones, información sobre cursos… Todo sobre la menopausia y sus distintas maneras de abordarla. Hay artículos sobre la salud ósea, la incontinencia urinaria, y entrevistas con diferentes profesionales que han hecho artículos sobre cómo es la menopausia en diferentes países del mundo”.
Y todo comenzó como una catarsis por lo que te estaba pasando… Evidentemente sí. Lo monté porque yo misma era un supermercado de síntomas. En España el abanico se utiliza mucho por las mujeres en edad de menopausia… ¡Te puedes imaginar que es un para arriba y para abajo constante! Sirve muy bien para ilustrar esta etapa, pero también para definir las diferentes posibilidades que se pueden dar: desde la mujer que no tiene ningún síntoma a la que los tiene todos… hay un abanico de posibilidades, de culturas, de hábitos de alimentación. Mis sofocos eran leves, pero el insomnio fue una de las cosas que más me molestaron. Y desde luego, con la bajada de estrógenos estaba muy irritable. A veces salía de una verdulería y me decía ¡Dios mío, la que he montado por una manzana! ¡Es que no lo puedes controlar! En mi caso puntual tuve premenopausia durante dos años, y a los 52, precisamente estando acá en Buenos Aires, me agarró. Justo acababa de cortar con un porteño… ¡Imagínate! (risas)(…)
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