Empezaremos con un secreto: Ser joven no tiene mérito alguno.

Simplemente se trata de haber nacido antes o después. Siempre habrá otras más jóvenes que tú, así como habrá de mayores. La sociedad premia de manera exageradamente dolorosa la juventud como si se tratase de un gran logro personal.

Menopáusica se utiliza con ligereza en términos de menosprecio a las mujeres, sin tener en cuenta que es una fase que toda mujer atraviesa a lo largo de la vida.

Al aumentar la esperanza de vida hasta edades muy avanzadas, los años que vivimos pero en los que ya no somos jóvenes, cada vez son más. Aparecen eufemismos como la segunda juventud, la tercera, la vida  empieza a los 50 etc…. Pero seamos claros; no son más que eslóganes publicitarios. Ahora las señoras estupendas de 50 y 60 en adelante, tienen marcha y poder adquisitivo. El marketing y la publicidad nos reconoce como grupo de consumo emergente, sin embargo nos sentimos excluidas, invisibles

Sobre el rechazo: 

El rechazo tiene más que ver, en general, con lo que la misma mujer piensa que los otros piensan de ella, que con lo que realmente piensan los demás; lo mismo que pasa en la adolescencia o en situaciones en las que sentirse diferente a los demás es percibido como un problema en lugar de como una ventaja. Hay cambios hormonales y energéticos innegables en el cuerpo, y no sólo de la mujer. No nos engañemos, que en algunos casos crean situaciones problemáticas, pero no ocurre siempre ni tienen porque ser de gran intensidad. 

Muchas mujeres añoran la figura que ya no tienen, hay síntomas como los sofocos y la sudoración profusa que a veces son evidentes y visibles aumentando el miedo al rechazo. En algunos casos llega a condicionar la vida de la persona que lo padece. 

Son muchas las situaciones en las que pueden sentir esa preocupación; desde una reunión de ex-alumnas de la escuela (algunas, hasta pagarían por no ir), a la mujer que quiere volver a encontrar pareja, pero que cada vez que ha de tener una cita se plantea salir de casa envuelta en una manta afelpada de pies a cabeza. Cenas de empresa (en el caso en el que estén en una empresa, porque ese es otro tema…) en las que solo busca tener cerca una ventana o ventilador. 

Que hay cambios, es evidente, pero la mayoría de ellos solo los va a notar la propia mujer. 

Los otros van a ver una mujer hermosa, segura, simpática y convencida, aunque acalorada en lugar de una mujer con sobrepeso, arrugas o cualquier otra cosa que al final no tiene importancia. 

Es importante estar lo mejor posible de salud, pero el resto, mejor lo vamos a relativizar. Al fin y al cabo, tener alguna arruguita o algún kilito de más, es bastante normal a esta edad…es ley de vida. 

Cuando no se está en la situación hormonal que nos ocupa, es habitual no fijarse en estas cosas, pero por ejemplo en una sala de teatro es frecuente observar  a un montón de mujeres abanicándose. Si te das cuenta, lo único que provoca es una sonrisa de solidaridad entre las semejantes. Los demás ni las ven. 

Hace años las mujeres en edad menopáusica estaban retiradas de la circulación, en casa haciendo poca cosa, o no tan poca cosa. 

Actualmente, seguramente por primera vez, vemos a mujeres de edad considerable presentándose a presidenta de EEUU y a cargos de gran responsabilidad en Europa y en el mundo en general. 

Es evidente que los paradigmas han cambiado. 

Si vas a cenar con las compañeras del colegio, es evidente que van a tener tu misma edad, sea la que sea. A unas la vida las habrá tratado mejor que a otras en el aspecto externo, pero la impresión que te vas a llevar a casa es  aquella que se siente contenta con su vida y la que no, y eso no depende de las hormonas. Es más bien un tema de actitud y de aceptación.

 

 

 
 

Dra. MMarga legoruburuargarita de Legorburu
Licenciada en medicina por la Universidad Autónoma de Barcelona.
Máster en acupuntura por la Fundació Bosch i Gimpera de la Universitat de Barcelona.
Diplomada en acupuntura por las escuelas de Toulouse, Pekín (China) y Colombo (Sri-Lanka).
www.acupuntura-legorburu.com
http://www.acupuntura-legorburu.com/blog/