No es cuestión de talla

Con nuestra imagen transmitimos nuestra personalidad, gustos, estilo, como nos sentimos y quienes somos. Para conseguir todo esto debemos saber elegir la ropa que nos ponemos y que nos va a hacer sentir a gusto, seguras y atractivas. Y para ello lo primero que tenemos que hacer es conocer nuestro cuerpo.

Empezaremos a hablar de proporciones y no de tallas.

Si conoces tu cuerpo a la perfección serás capaz de elegir las prendas que mejor te sientan y podrás realzar tus zonas preferidas, disimulando aquellas que menos te gusten. Es importante conocer la forma de nuestro cuerpo para sacar ventaja y mostrar lo mejor de nosotras.

Para evaluar tu figura tienes que tener en cuenta dos tipos de dimensiones: verticales y horizontales.

Vamos a ver las proporciones horizontales.
Para determinar qué tipo de cuerpo tienes, ponte enfrente de un espejo y observa tus hombros, cintura y caderas. Observando la relación entre ellas podrás encajar tu cuerpo en una de las categorías siguientes: Triángulo, Triángulo Invertido, Rectángulo, Reloj de Arena, Diamante u Óvalo

Según estas categorías:
Si la parte inferior de tu cuerpo es más ancha que la superior es probable que tu silueta sea triangular.

Si por el contrario, tu parte superior es más ancha entrarás en la categoría de triángulo invertido.

En el caso de que los hombros y las caderas tengan unas medidas similares y la cintura no esté definida, como formando una línea recta, tu silueta será rectangular.

Cuando pecho y caderas tengan unas medidas similares y una cintura bien definida, muy posiblemente entres en la categoría de reloj de arena.

Cuando tu apariencia es redonda, sin una cintura definida, siendo tus partes más anchas el estómago, pecho y muslos seguramente tu figura es un óvalo.

Lo más importante es que no hay un tipo de cuerpo mejor que otro. Tenemos que conocer nuestro cuerpo, aceptarlo y cuidarlo. De esta forma nos sentiremos a gusto y con confianza. Todas somos diferentes y eso nos hace únicas.