¿En qué reconocerías a una Emperatriz? Basta con ver un cuadro de Sisí o de cualquier otra Emperatriz para percibir su fuerza, la dignidad de su porte, la serenidad, el tronío con el que afrontan su realidad concreta.

Es una lástima que no nos queden retratos Renacentistas o Barrocos de las Emperatrices mesopotámicas… Pero claro, las mujeres que reinaron en Mesopotamia vivieron en el 2.300 a.d.C… Y el Renacimiento aún no se había inventado.

Ese porte, esa apostura, es fruto, inicialmente, de un entrenamiento consciente. ¿Recuerdas cuando empezaste a conducir? Antes de hacerlo hubo un momento que ni te planteabas esa posibilidad. Llegó un día, alrededor de tus 18 años, en el que lo echaste de menos y decidiste ponerte a aprender. Fue un proceso de aprendizaje en el que pusiste los cinco sentidos y conducías atenta a todos los rincones de tu coche, a todos los músculos de tu cuerpo. Pero llegó un día en el que el gesto se convirtió en mecánico y desde entonces puedes conducir en «piloto automático», si lo deseas…

Son cuatro las fases. En la primera no te importa no saber, no eres consciente de que no sabes. En la segunda sí sabes que no sabes y necesitas saber. En la tercera practicas de forma consciente y en la cuarta… Lo integras de tal modo que forma parte de tí misma.

 

Tal vez aún no te hayas dado cuenta de que eres una Emperatriz, pero cuando lo descubres, necesitarás aprender a sacar la Emperatriz que llevas dentro, y aprenderás poniendo todos tus sentidos en ello antes de poder mostrarte como realmente eres: Imperialmente tú.

Los neurocientíficos nos hablan de la capacidad del ser humano para transformar nuestros pensamientos y emociones desde el cuerpo. Es un proceso incluso más allá del indudable poder de la visualización. La palabra ENCARNAR viene del latín in-carnare, hacer carne, convertir en material, integrar en nuestro propio cuerpo cualquier idea, sensación, emoción, deseo…

Se trata de conducir nuestro cuerpo «como si» tuviéramos ese porte hasta que consigamos que el porte salga de forma natural. Encarnarlo para serlo.

Para ello deberás en primer lugar descubrir qué elementos lleva aparejados, para tí, ese porte imperial. Te voy a hablar de lo que significa para mí, con el ruego de que descubras por tí misma lo que a tí te evoca. Para ello te propongo que adoptes la postura de una Emperatriz: la columna erguida pero no rígida, la cabeza alta descansando suavemente sobre el cuello como si un hilo te sujetase de una estrella, las manos descansando relajadas o moviéndose con gracia y sin tensión a tu alrededor, la mirada al frente, mirando lejos, la frente relajada, el mentón suelto… Puedes colocarte con los ojos cerrados y permitirte escuchar lo que te dice el cuerpo.

Cada vez que adopto la postura de la Emperatriz, a mí mi cuerpo me habla de orgullo, de fortaleza, de seguridad, serenidad, claridad y enfoque.

Yo empecé ralentizando el paso. De ir «como p… por rastrojo» pasé a ir como «Geisha por arrozal». Y ya ese cambio de ritmo, el pasito breve, la columna erguida, el cuidado para no manchar el kimono… me obligó a poner atención al modo en el que me conducía por mi mundo. Y descubrí que no dejaba nada por hacer, todo cabía menos la prisa.

 

El siguiente paso fue alzar la cabeza, centrar la mirada a lo lejos, como cuando andas en bici. Si andas en bici mirándote las manos o los pies te caerás, pero allí donde pones la mirada es donde te llevarán tus ruedas. Mirar lejos te permite caminar más segura en las distancias cortas y llegar más lejos.

Al alzar la mirada y dejar de mirarme los pies, conseguí vislumbrar el vasto horizonte de mi Reino. Todo aquello que me rodea es el Reino sobre el que yo decreto mis normas. Mi prisa o mi sosiego, la seguridad de mis pasos, el ritmo pausado de mi respiración, el acento en aquello que de verdad me importa, la claridad…

Indudablemente, son cosas que hay que trabajar cada día. Yo lo hago. Basta dedicarse un ratito a una misma. Trabajar cada día en ese porte, en las cualidades que para mí lleva aparejadas. Y poco a poco lo voy en-carnando.

Marta Arellanomartaarellano

Desarrollo de Personas y Organizaciones

www.mmarellano.com