La artrosis es la enfermedad osteoarticular mas prevalente: según la OMS, afecta a un 9,6% de los hombres y el 18% de las mujeres con edad mayor de 60 años. En España se estima que la padece el 17% de la población.
Según los datos del estudio epidemiológico EPISER dirigido por la Sociedad Española de Reumatología, la artrosis de rodilla tiene una prevalencia del 10,2% y la de manos afecta un 6,2%.
Por la Dra. Elena Ruiz Domingo
En los próximos años se espera, por el aumento de la esperanza de vida y envejecimiento de la población, que la artrosis sea la cuarta causa principal de discapacidad en el año 2020. En las mujeres hay mayor prevalencia e incidencia de artrosis, tienden a tener una artrosis de rodilla, gonartrosis, más grave particularmente después de la menopausia.
La artrosis es una enfermedad de las articulaciones diartrodiales y puede manifestarse en diferentes territorios aunque los más prevalentes son las articulaciones de las falanges de las manos, la rodilla y la cadera. La artrosis de rodilla es la más estudiada en los ensayos clínicos. Las manifestaciones clínicas de la artrosis pueden incluir dolor de tipo mecánico, rigidez, crujidos, el bloqueo de las articulaciones, y a veces la inflamación local.
El dolor es el síntoma más característico aparece cuando se alteran otras estructuras de la articulación como el hueso subcondral o la membrana sinovial se relaciona con el movimientos, aparece cuando se inicia el movimiento y se calma en el curso del mismo en un plazo inferior a 30 minutos, para volver a aparecer al cabo del tiempo. Al comienzo de la enfermedad, el dolor se alivia con el reposo, pero con el tiempo la disminución del dolor se consigue más lentamente al realizar cualquier actividad física. Otro síntoma característico es la rigidez que provoca limitación de la movilidad de la articulación y de la capacidad funcional.
Con la evolución de la enfermedad el dolor se hace más crónico y la rigidez que se presentaba después del reposo nocturno se hace constante y progresiva. Aparecen signos de deformidad de la articulación, en algunas localizaciones, como en las falanges de las manos y en las rodillas. Cuando la articulación se moviliza es frecuente la crepitación y ruidos articulares, que traducen la pérdida de la uniformidad del cartílago con sus irregularidades. La impotencia funcional es como consecuencia de la inflamación, del derrame y de los osteofitos. Un dato importante para saber hacer una clara distinción de otro tipos de osteoartritis, en la artrosis propiamente dicha existe una ausencia da fenómenos infecciosos, locales o generales.
La artrosis en las falanges de las manos es una localización predominante en la mujer con clara repercusión familiar, aparecen engrosamientos progresivos que llevan el nombre por el médico inglés William Heberden descritos en siglo XVIII y localizados en las interfalanges distales. Un siglo después en el XIX se denominaron nódulos de Bouchard a los bultos que aparecen en las interfalanges proximales descritos por el patólogo Charles-Joseph Bouchard. En ambos nódulos cuando su desarrollo se completa desaparece de forma espontánea el dolor. La artrosis erosiva de manos es un subtipo de la artrosis de características radiológicas y clínicas propias, presenta inflamación intermitente en las falanges y daño articular con erosiones centrales que progresan los primeros años y luego se ralentizan. La artrosis del pulgar o rizartrosis es la que produce más molestias y dolor e impotencia funcional. En la gonartrosis o artrosis de rodillas el dolor se intensifica al subir y bajar escaleras, se afectas el compartimentos femorotibial externo e interno, y fémoro-rotuliano. Generalmente es bilateral, la crepitación es un signo característico que aparece a medida que progresa la enfermedad. En los estadios avanzados se presenta derrame articular e inestabilidad.
La coxartrosis o artrosis en la cadera el dolor se localiza en la parte excéntrica, concéntrica o difusa de la articulación es más frecuente en los varones, el dolor es constante y se localiza en la ingle y en el glúteo, se irradia a la cara anterior y lateral o en la cara posterior o interna del muslo, respectivamente. La rigidez matinal es de más duración que en la rodilla alrededor de 60 minutos; existe limitación de la rotación interna y externa de 15º y limitación de la flexión de 115º. Otras localizaciones menos frecuentes son el raquis en la zona interapofisaria, disco-vertebral y el hombro, la articulación acromioclavicular, entre otras.
© Elena Ruiz Domingo para “ella y el abanico”
Especialista en Obstetricia y Ginecología y Medicina del trabajo.
Master en Patología Mamaria.
Licenciada en Medicina y Cirugía.
Diplomada en Sanidad.
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