En antiguas civilizaciones ya se conocían los beneficios del arte para conseguir el equilibrio en la salud de los seres humanos. Aunque fue en el siglo pasado cuando más se investigó sobre el tema de la Arte-terapia, ahora están en auge los posgrados de esta materia en muchas universidades.

Fuente: www.adab.red/arteterapia/

Cualquier actividad artística tiene cualidades terapéuticas, derivadas de la satisfacción que produce el realizarlas, o de la relajación que conllevan, o del momento de “no mente” en que nos sumergen, de la concentración que nos demandan, etc.

El potencial creador y sanador del inconsciente
Manifestar emociones, historias vividas, o fantasías, que no se pueden expresar de otra forma, exteriorizar pensamientos o creencias que no nos atrevemos, o que permanecen en el subconsciente… Proyectar los conflictos internos, para poder resolverlos. El campo de los beneficios es bien amplio, y sin duda, sanador, ya que nos aporta mayor autoestima, seguridad y confianza en nosotras mismas. En el inconsciente acumulamos mucha información que podemos recobrar si la trabajamos mediante la arte-terapia: escribiendo nuestros sueños, haciendo escritura automática, pintando, dibujando, modelando, bailando…

La arte-terapia puede ayudar a cualquier persona para desarrollarse más plenamente, y más aún si se sufre algún tipo de desequilibrio emocional, psicológico, afectivo o social.

Experiencias dolorosas que se hallan en el inconsciente afloran mediante la expresión artística, y también es muy adecuado para las personas con algún tipo de limitación, y para las que se hallan en proceso de duelo, pues es una vía de expresión y de comunicación muy importante.

La actividad artística nos revela mucha información sobre nuestra parte más inconsciente, cuando no es autocensurada o reprimida por la mente consciente.

Desde la infancia hasta la vejez
El mundo interno de cada persona no siempre puede ser expresado mediante palabras: hay sensaciones y emociones que no caben en ellas, o pueden haber bloqueos que impidan su comunicación. Y el enorme potencial sanador de la arte-terapia está ahí para hallar en los colores, en el dibujo, en el teatro, en la danza, o en diferentes formas de arte, la más libre expresión. Además, las personas inmersas en una labor creativa, llegan a experimentar momentos de meditación.

Esto los niños lo saben, pues la gran mayoría de ellos encuentran en la pintura, el dibujo, en la invención de cuentos, en la dramatización de historias, en el juego simbólico, etc., una manera de expresarse.

Se puede detectar el maltrato infantil u otras situaciones traumáticas, como pérdidas, frustraciones, duelos… y usar la arte-terapia para tratar las heridas de esas experiencias. Exteriorizando el problema  (comportamientos agresivos, demasiado pasivos, dificultad de atención-concentración, etc. ) indicador de que algo no va bien, pueden conseguirse mejoras en las conductas y en la salud mental. Las sensaciones de angustia, temor, vergüenza, culpa, rabia, al plasmarse fuera de modo creativo, alivian y abren otros caminos, re-conduciendo al niño a otra forma de expresar su mundo interno y externo.

Las personas afectadas de Parkinson y otras con enfermedades típicas de la vejez, han mejorado con la música, pues parece ser que ésta juega una gran papel para encontrar los recuerdos perdidos en la memoria.

Nutriendo nuestra alma
La senda que conduce a nuestro Ser interno es de largo recorrido. A veces nos perdemos, y para volver a nuestro camino y reconectarnos, necesitamos nutrir nuestra alma.

Encontrar cuál es la mejor opción para cada persona es importante, e incluso ir variando dependiendo de los objetivos que queramos alcanzar, qué temas estemos tratando: trabajar con el dibujo, la pintura, la danza, la música, la escultura, la cerámica, la escritura, el teatro, el tejido… cualquier formato artístico y/o artesanal puede ser una buena vía de conocimiento, nutrición, liberación y sanación.

Todas tenemos un gran potencial creativo, y al desarrollar cualquier práctica artística que nos atraiga, tendremos una vida más creativa, más saludable.

La autoexpresión permite desarrollar el concepto del yo y la autoconciencia, así como liberar cargas.