¿Realmente necesitas tanto en el armario? ¿Y en la vida?
En un artículo anterior hablamos del vacío que permite el espacio necesario para que se generen nuevas versiones de nuestra vida, nuevas posibilidades, experiencias concretas, y nuestro armario.
Uno de los instintos más grandes que nos encontramos cuando estamos delante de éste es el de la “falta”, “pérdida”, el miedo de quedar sin ropa, de sentir vacío. Es un instinto ligado a la supervivencia. ¿Cómo puede ser que en el 2015 aún tengamos instintos activos desde hace millones de años, necesarios cuando vivíamos en las cavernas, pero hoy en día son más un impedimento de evolucionar que otra cosa? ¿Por qué siempre tenemos el automático puesto para llenar ese agujero negro que sentimos en nuestro interior? ¿Cómo se hace para salir de ahí?
La cuestión no es tanto salir de estos patrones como ser capaces de verlos e identificarlos ¿Y por dónde empezar? Por el armario. Es curioso como lo más común puede acercarnos a otra percepción de nuestra manera de ver la vida. Para empezar delante del armario se nos disparan impulsos emocionales que, al identificarlos, es más fácil, darles la vuelta ¿Mediante qué? Mediante la lógica.
Por ejemplo, hay gente que me ha comentado que podría vivir con menos ropa pero que tiene miedo de vestir siempre igual, monótono con tantas pocas prendas. En realidad poniendo un poco de cabeza y creatividad se pueden hacer muchísimas combinaciones con lo que ya se tiene y jugar con los complementos. Es increíble lo que se puede conseguir pareciendo que no vistes con lo mismo, como también es increíble que seguramente ya tenemos lo que buscamos dentro del armario y no nos damos cuenta. Si realmente queremos adquirir algo nuevo es importante, hacer una lista de la compra para lo que hace falta y ceñirse a lo que realmente nos puede dar más juego con lo que ya tenemos. Esto es ponerle lógica, o un poco de cabeza y no tanto impulso.
Y que decir en la vida, que siempre buscamos llenarla con experiencias sin parar para completar ese agujero negro interno insaciable, alimentando el impulso que otra vida, otra existencia nos haría más feliz, siempre devorando deseos, persiguiendo la zanahoria cuando seguramente ya tenemos lo que buscamos dentro de nuestra vida y no nos damos cuenta. Lo único que hace falta es ponerle lógica, o un poco de cabeza y no tanto impulso.
Personal Shopper, gestora de imagen interna y externa.
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