Agatha Christie afirmó en alguna ocasión que la esencia de la vida era ir hacia adelante. Y es que por mucho que a veces nos empeñemos en quedarnos anclados, las etapas vitales llegan en forma de relojes. Una de éstas, clave y crucial en la vida de las mujeres, es la perimenopausia o el climaterio, es decir, el periodo de cambios hormonales, sociales y psicológicos que preceden a la menopausia.
La doctora y sexóloga Francisca Molero, codirectora del Instituto de Sexología de Barcelona y vicepresidenta de la Federación Española de Sexología (FESS), explica que la menopausia como tal es solamente un día en la vida de la mujer, el último día de su menstruación, mientras que el climaterio o perimenopausia es todo el proceso anterior.
Molero, que recientemente expuso en el Congreso Europeo de Sexología 2012, celebrado el pasado mes de septiembre en Madrid, la ponencia ‘Sexualidad en la perimenopausia’, define este periodo de la vida de las mujeres como ‘crisis evolutiva’. «Es una crisis evolutiva ya que afecta no sólo física sino también psicológicamente; pero es una etapa normal en la vida de cada mujer», matiza a
Procesos fisiológicos y sociales
El climaterio suele aparecer cuando la función ovárica empieza a declinar, coincidiendo con una inestabilidad endocrina que se manifiesta con algunos signos visibles como las alteraciones menstruales, los sofocos, los dolores musculares, los trastornos de sueño, etc…
Por otro lado y, según el estudio, entre los síntomas psicológicos más frecuentes destacan la tristeza, los cambios de humor, la irritabilidad, el nerviosismo, la soledad o la disminución de la libido. Así, como otros factores intrapersonales y relacionales que «van a ser decisivos en los síntomas psicológicos del climaterio», añade Molero.
Factores intrapersonales como la salud percibida de la mujer, las enfermedades o tratamientos que tome, la importancia que dé a la sexualidad en su vida… Y relacionales como, por ejemplo, la calidad de su relación de pareja, las responsabilidades externas, como cuidar a los padres, o las preocupaciones laborales.
Profesionalmente, expone la doctora, las mujeres pueden estar en su mejor momento y socialmente han cambiado su rol. Los hijos ya son mayores, por tanto, ese ‘rol de cuidadoras’ se elimina. La mujer de mediana edad es más libre y, actualmente, también se siente más guapa. «Los modelos están cambiando y cada vez vemos más mujeres de esa edad atractivas y atrayentes en los medios. La mujer de la calle también se siente un poco así, cada vez se cuida más y se gusta más a sí misma», concreta. No obstante, a pesar de todo, puede mermar en cierto modo su autoestima debido a esos cambios, por ello, es muy importante el proceso de adaptación.
Pero a pesar de todas estas alteraciones y cambios vitales, cada mujer vive de manera muy diferente su propio climaterio. Son, tal como reza su estudio, los factores psicológicos, sociales o culturales, entre otros, los que influyen en cómo se vive este proceso. Molero insiste en tomar una actitud positiva y ver este proceso como «algo normal de todas las mujeres».
¿Cómo afecta en las relaciones sexuales?
En relación con la sexualidad y las relaciones de pareja, esta etapa produce algunos ‘desajustes’, pero antes de enumerarlos, la especialista quiere dejar claro que la asertividad es muy importante en este periodo. «Entender que esta etapa te lleva hacia la plenitud y madurez como persona», afirma.
Al ser una crisis evolutiva, en ocasiones la sexualidad pasa inicialmente a un segundo plano. Por ello, es frecuente el bajo deseo sexual, pero éste no es permanente ni ocurre en todas las mujeres.
Pero Molero matiza un aspecto fundamental: «las mujeres que se enamoran en esta etapa de la vida y las que buscan pareja no tienen problemas de deseo sexual». Por otro lado, las mujeres casadas o con estabilidad emocional sí tienen que reinventarse en la sexualidad compartida con su pareja, normalmente, porque quieren más calidad, es decir, más estímulos sexuales y dedicación, reencontrar la seducción, dedicarle tiempo al sexo, etc. Pero eso, concreta, beneficia a los dos miembros de la pareja. «Es una oportunidad para los dos de reenarmorarse», asegura convencida la experta.
Puede disminuir la frecuencia de encuentros sexuales entre la pareja, pero «eso no significa que disminuya la calidad, es más, ésta puede incluso aumentar». El conflicto se desarrolla cuando no se habla, cuando hay reproches y culpas. «Cuando uno no se siente deseado y amado, se siente inseguro. El alejamiento sexual puede conducir al alejamiento emocional. Y el alejamiento emocional conduce al alejamiento sexual», concreta.
Una temática que ocupa un lugar importante dentro de la sexualidad en esta etapa de la vida es el apartado de las disfunciones sexuales. Inicialmente, el bajo deseo sexual, junto con la evolución en el climaterio, puede conducir a una dispareunia, es decir, dolor o molestias antes, durante y después de la relación sexual.
A pesar de estos datos, la doctora quiere puntualizar que no está demostrado que el climaterio o la menopausia sean generadores de disfunciones sexuales femeninas. En cambio, la sequedad vaginal y algunos antidepresivos sí disminuyen la actividad sexual en esta etapa. «Pero para ése y otros problemas hay soluciones», afirma Molero.
Para finalizar, matiza e insiste en que la mejor forma para superar todos los problemas que pueden suceder en la pareja durante esta etapa es la comunicación y el afrontar este periodo como algo normal.
«La pareja debe entender el momento evolutivo, debe escuchar las necesidades de su pareja. La comunicación es básica y debe disfrutar con ella reaprendiendo y viviendo juntos el proceso», concluye.
[…] gracias a la energía generada por las emociones, placeres prohibidos socialmente que la represión sujeta, recuerdos gratos que se hacen recurrentes, necesidades […]
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