El suelo pélvico, como su nombre indica, es el suelo de la pelvis. Es el conjunto de músculos que sujeta, contiene y protege la vejiga, el útero (y la vagina) y el recto que son tres estructuras que presentan patologías y problemas diferentes, que se asocian a especialidades médicas diferentes: urología, ginecología y coloproctologia y los problemas del suelo pélvico se expresan en cualquiera de estas vísceras.
Los síntomas de disfunción del mal funcionamiento del suelo pélvico pueden aparecer tanto a nivel de la vejiga (orina), como del útero (partos, menstruación) o del recto (heces).
Tenemos que estar atentas a cualquier síntoma o problema en la zona. Tenemos que ir más allá de pensar que si no se me escapa el pipí, todo está bien. El mundo del suelo pélvico es mucho más que el mundo de la orina.
Síntomas de alerta a los que debemos prestar atención:
Incontinencia: No poder contener. Acto contra la propia voluntad. Pérdida involuntaria.
Es importante remarcar que incontinencia es falta de contención, ya sea de una gota, ya sea de un montón de gotas. La cantidad no es importante. Lo que importa es el hecho.
Esto es un detalle muy importante. La incontinencia urinaria algo tan extendido que se ha normalizado. Muchas mujeres encuentran “normal” alguna gota fugada, o, lo que es peor, consideran “normal” tener pérdidas. Eso hace que las mujeres no busquen solución hasta que el problema ya ha adquirido unos niveles preocupantes.
La clave de la rehabilitación del suelo pélvico es la prevención y la detección precoz de los problemas. La negación de los mismos enlentece y dificulta su solución. Posponer es complicar. La prevención es la mejor solución.
Síntomas de alerta: VEJIGA:
Incontinencia urinaria:
- De esfuerzo: Pérdidas urinarias cuando hacemos algún tipo de fuerza. El periné fracasa durante un esfuerzo: coger un peso, correr, saltar, estornudar, reír, toser… Este tipo de incontinencia se asocia a la debilidad o mal funcionamiento de la musculatura del suelo pélvico.
Vejiga hiperactiva:
- Ganas repentinas e irrefrenables de orinar. Pueden estar asociadas a un estímulo o no. El estímulo puede ser agua, cambios de temperatura, una situación… Es frecuente la sensación de urgencia miccional máxima al poner la llave en la cerradura de casa. Hay que correr para llegar al lavabo. Este tipo de problema está asociado a un mal funcionamiento del sistema nervioso.
- La urgencia o el exceso de frecuencia miccional es un síntoma al que hay que atender, tengamos incontinencia urinaria o no.
Nictúria:
- Necesidad de levantarse para orinar por la noche.
- Durante el sueño el sistema nervioso regula el sistema urinario para que podamos dormir sin interrupciones. Deberíamos poder dormir toda la noche sin necesidad de orinar. Se considera “normal” levantarse una vez por la noche. Definitivamente, algo no va bien cuando debemos levantarnos más de 2 veces.
Infeccion de orina:
- Sensación de quemazón o dolor al orinar, orinar frecuentemente y poco, orina más oscura y con olor fuerte, fiebre, dolor en el bajo vientre…
La vejiga tiene forma parecida a un triángulo, con el vértice hacia abajo, como un embudo. Su posición dentro de la pelvis se mantiene gracias a un grupo de ligamentos que la sujetan a los huesos y a las otras vísceras vecinas. La “flojera” de alguno de estos ligamentos, puede ocasionar un cambio en la posición de la vejiga. Podría inclinarse lateralmente, descolgándose, dando lugar a una especie de “piscinita”, en donde se acumularía la orina, produciéndose la infección. Por otro lado, una mala contracción de la vejiga (necesaria para un correcto vaciado), o una contracción a destiempo, puede dar también lugar a acumulaciones urinarias y a las infecciones consecuentes.
Las infecciones de orina, sobretodo si son frecuentes, deben ser motivo de consulta al especialista de suelo pélvico.
Osteópata, Fisioterapeuta especializada en reeducación abdómino-pelviana
DIBUJOS : Laura de Castellet
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